La edad es a menudo un indicador engañoso en el mundo de la música, y el caso de Tom A. Smith es un claro ejemplo. Con solo 18 años, este músico de Sunderland presenta una hoja de ruta que muchos artistas consolidados tardarían décadas en construir. Su desarrollo no ha ocurrido en un estudio de grabación aislado, sino sobre las tablas de escenarios legendarios, un hecho que define su sonido de manera fundamental.
Su canción I Don’t Blame You es un testimonio de esa formación. La pieza se sustenta en una sección rítmica de notable construcción y ganchos efectivos que capturan la atención sin esfuerzo. Con influencias que beben del rock y el indie pop moderno, el tema proyecta una sensación de frescura, anclada por una presencia vocal que se abre paso con claridad y convicción en la mezcla.
Este nivel de ejecución no ha pasado desapercibido, ganándole el respeto de figuras consolidadas. Haber compartido escenario con artistas como Sam Fender y recibir el reconocimiento de Elton John no son meras anécdotas, sino validaciones de un talento en pleno desarrollo. La colaboración con el productor Larry Hibbitt también apunta a una búsqueda sonora ambiciosa y bien dirigida para su carrera.
Más que una promesa emergente, Tom A. Smith se presenta como un músico con un oficio ya definido. En I Don’t Blame You se percibe la energía de la juventud, pero también la seguridad de quien conoce el escenario. Es una propuesta musical potente y directa que merece ser escuchada para comprender cómo la experiencia, y no solo los años, moldea a un artista.