
Perish debuta con “Cool Guys”: una travesía entre raíces rurales y concreto urbano
La historia de Perish no comienza en un estudio, sino en los pasillos de una iglesia en Brooklyn, donde Katie Callihan, una cantautora oriunda de Florida, se topó con tres músicos que terminarían convirtiéndose en su banda. El encuentro fue casual, parte de una rotación dominical de músicos, pero bastó una conversación y un par de demos para que la idea de grabar algo juntos empezara a tomar forma. Entre ensayos invernales en un pequeño cuarto y la energía cruda de tocar con frío en los huesos, nació algo más sólido que una colaboración momentánea.
Cool Guys, el sencillo debut, suena como ese trayecto entre lo conocido y lo incierto. La canción recoge la melancolía del indie folk con una base rock que no necesita imponerse, solo acompañar. Tiene una estructura sencilla, pero es ahí donde se cuela lo íntimo. Se puede notar que hay una historia personal detrás, aunque no se exponga del todo. Es un tema que no se apura en llegar a algún lado, sino que se deja llevar.
Grabado en Big Nice Studio, un espacio improvisado en un viejo almacén de Rhode Island, el EP fue moldeándose entre sesiones, descansos y patinetas. Lo curioso no está solo en cómo surgió la banda, sino en la forma en que su sonido captura tanto el aire rural de sus orígenes como las tensiones silenciosas de la vida urbana. Influencias como Sharon Van Etten o Adrianne Lenker aparecen como ecos lejanos, pero la voz de Callihan se abre camino con una claridad honesta, sin disfraces.
Con el EP completo programado para otoño bajo el sello Rue Defense, Cool Guys sirve como carta de presentación. No intenta resumirlo todo ni ser más de lo necesario. Es un vistazo a una banda que no busca impresionar de inmediato, sino conectar desde lo simple. En una escena saturada de producciones que buscan ser perfectas, Perish parece más interesado en mostrar lo que realmente hay, sin mucho filtro. Eso, en sí mismo, ya dice bastante.