Stephie James y “Five & Dimer”: cuando el rock se viste de pop sin perder la esencia

Desde su tránsito entre Detroit y Nashville, Stephie James ha ido trazando una ruta particular dentro del panorama musical estadounidense. Su más reciente entrega, “Five & Dimer”, aparece como una extensión de esa búsqueda: una canción que une el espíritu del rock con elementos pop, sin sacrificar identidad. Con una producción pulida y un ritmo envolvente, la pieza se desliza entre la energía y el detalle, sin necesidad de recurrir al exceso.

La canción forma parte de As Night Fades, su álbum debut, que propone una mirada nostálgica pero no pasiva, cargada de referencias a épocas pasadas sin perder la intención de decir algo nuevo. En “Five & Dimer”, la voz de Stephie James juega un papel clave: hay una expresividad natural, sin artificios, que permite que cada palabra se acomode con soltura sobre la melodía. La buena vibra no es impostada, se siente orgánica, fruto de una artista que conoce bien su estilo.



Resulta evidente que James ha absorbido influencias que van más allá de su entorno geográfico inmediato. Su paso por escenarios junto a figuras como Anita Baker o Nikki Lane, y su trabajo con nombres como Buddy Miller o Dan Auerbach, han afinado una sensibilidad que se refleja en cada arreglo. “Five & Dimer” no suena como un ejercicio de nostalgia, sino como un diálogo entre lo clásico y lo actual.

Lo más interesante es que Stephie James no parece interesada en seguir una fórmula. A pesar de sus referencias al doo-wop, al Americana o al rock de los 60, su música evita quedar atrapada en el homenaje. En cambio, propone una experiencia accesible, con un pie en la tradición y otro en la experimentación sutil. “Five & Dimer” es un buen ejemplo de ello: una canción que fluye sin esfuerzo, pero con intención.


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