Sensualidad sin disculpas: Zoe Twist y su EP “Dumb Stuff”

Zoe Twist abre su primer EP con Dumb Stuff, un tema que transita con paso deliberado y una atmósfera bien detallada. El ritmo lento se apoya en efectos modernos que dan frescura al conjunto, mientras la voz de la artista se muestra cálida y firme. Las influencias de indie pop se mezclan con tintes dream pop y matices de pop comercial sin solaparse entre sí. Así, la canción inicial propone un viaje pausado que rebasa la etiqueta de simple presentación.

En Closer, la penúltima pista, el pulso se acelera ligeramente para incorporar ecos rock más oscuros. Los bajos adquieren un protagonismo sólido y las guitarras de fondo aportan un aire retro que enmarca la pieza. El resultado es un tono que coquetea con la tensión, sin caer en la densidad emocional extrema. Este equilibrio mantiene la propuesta en un punto medio entre el empuje y la contención.



Para el cierre, Young & Alive recupera elementos rock retro pero sin el matiz sombrío de la canción anterior. Aquí, la melancolía se asoma en acordes que se sienten familiares, mientras el ritmo tradicional guarda suficiente gancho para sostener el interés. La combinación de base rock y ese guiño nostálgico dibuja un final coherente con el espíritu del EP. Con ello, la artista demuestra sensibilidad para cerrar su obra con un guiño hacia el pasado.

A lo largo de “Dumb Stuff”, Zoe Twist pone en práctica la audacia que ha cultivado desde sus días en Berklee, fundiendo sensualidad y energía cruda con vocación pop. Este debut refleja su intención de ocupar un espacio propio, sin renunciar al caos ni a la belleza que supone explorar límites. El EP funciona como carta de presentación: un espacio donde lo íntimo y lo atrevido conviven sin pedir permiso. Con estas tres canciones, la canadiense deja claro que su trayectoria apenas comienza.


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