FireBug pone en marcha el tiempo con “Time Marches On’”

Desde el paisaje árido de Joshua Tree, FireBug vuelve a escena con un tema que no se conforma con mirar atrás ni se obsesiona con el presente. Time Marches On es una pieza de rock alternativo que mezcla guitarras eléctricas densas, acordes de piano bien situados y una batería que marca el paso con precisión. Lejos de la nostalgia o la urgencia, la canción propone una reflexión envolvente sobre el paso del tiempo y su fuerza ineludible.

La voz de Juliette Tworsey tiene el timbre y la técnica que este tipo de composición exige: no se trata de imponerse con volumen, sino de ocupar el espacio con firmeza. Su interpretación en Time Marches On es directa pero atmosférica, acompañando una producción donde los sonidos no compiten, sino que se entrelazan junto el oyente. El trabajo en guitarra de Jules Shapiro y la producción de Jordan Lawlor sostienen esa tensión entre lo orgánico y lo digital que define la estética del tema.



A lo largo de la canción, se percibe la intención de mantener el equilibrio entre la crudeza emocional y una estructura sonora bien cuidada. No hay adornos innecesarios ni excesos en la mezcla: el piano, la guitarra y la voz se turnan para sostener el centro del mensaje. Es un rock que no se desborda, pero que avanza con firmeza, como lo sugiere su título.

FireBug, lejos de repetir fórmulas, apuesta en Time Marches On por una propuesta donde el sonido acompaña la idea sin distraer de ella. La canción no depende de su videoclip ni de su contexto para sostenerse: lo hace por su construcción interna. Y en ese andar constante, casi ceremonial, deja claro que el paso del tiempo también puede ser un pulso que guía y se disfruta, no solo que arrastra.


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