Hay algo en la música de Bastoun que parece venir directamente de las montañas suizas donde creció, un eco natural que se filtra entre melodías y letras. Su EP “L’arbre des couleurs” refleja ese espíritu de conexión entre paisaje y emoción, un trabajo donde cada tema se siente como un pequeño universo. Con la producción de Yilian Cañizares, el disco muestra una madurez artística que combina raíces acústicas con un toque contemporáneo, logrando mantener siempre una identidad cálida y sincera.
Comenzamos con “L’arbre des couleurs”, la segunda canción del EP y también la que le da nombre. Su tono alegre convive con una ligera nostalgia, mientras las guitarras y percusiones se entrelazan de manera natural. Hay en su instrumental una sensación de equilibrio: cada elemento ocupa su espacio sin sobresalir, dejando que la voz conduzca el relato con suavidad. Es una pieza que invita a mirar hacia dentro, sin caer en la melancolía.
Continuamos con “EN FLEUR”, una canción que parece flotar en su propio ritmo, casi hipnótico. La voz de Bastoun se fusiona con ese sonido indie-acústico, creando una atmósfera tranquila y envolvente. No hay artificios, solo un fluir constante entre melodía y emoción. Su estructura sencilla permite que la interpretación destaque, logrando una conexión inmediata con quien escucha, como si cada nota respirara calma y cercanía.
Cerramos con “Réexister”, un tema lanzado hace cuatro años pero que encaja perfectamente dentro de su universo sonoro. Es una canción de espíritu optimista, con una base instrumental sólida que mezcla ritmo y claridad. Bastoun demuestra aquí su capacidad para construir piezas que, aun en su aparente sencillez, transmiten energía y autenticidad. Escucharla es entender que su música no busca deslumbrar, sino permanecer.
