La escena de Dublín ha visto crecer a Big Sleep, un cuarteto de indie alternativo que construyó su base de seguidores de la forma más tradicional: sobre el escenario. Su reputación se forjó en locales repletos, gracias a presentaciones en vivo descritas como explosivas. El proyecto nació cuando su vocalista, Rónán Connolly, reunió a viejos y nuevos compañeros para un concurso de bandas.
Ahora presentan Crude, una pieza que explora un tempo diferente al de su habitual directo. La canción se desarrolla sobre un ritmo lento, firmemente anclado en el indie rock pero con espacio para tintes experimentales. El peso de la composición recae en una voz expresiva y cambiante, que aporta una textura particular a la atmósfera del tema.
Este enfoque contrasta con la reputación que ganaron en el circuito de Dublín, llenando salas como Whelan’s. Su sonido en vivo, definido como rítmico y conmovedor, les permitió abrir para actos notables. Justo antes de la pandemia, la banda mantenía un calendario de giras implacable que estaba a punto de expandirse internacionalmente.
La pausa forzada de las presentaciones llevó a Big Sleep a reenfocar su energía. El tiempo que habrían pasado en giras por Irlanda e Italia, visitando los países de origen de sus miembros, se invirtió en la composición. Crude es el resultado de este período de introspección forzada, grabado en los aclamados Darklands Studios de su ciudad.
La banda de indie rock de Los Ángeles, Dear Boy, regresa con su esperado segundo álbum, Celebrator, a diferencia de su debut, este álbum fue concebido de manera completamente espontánea: escrito en tan solo doce sesiones y grabado en vivo en apenas dos semanas, capturando la química cruda y auténtica del cuarteto.
El sonido de Celebrator mezcla shoegaze, britpop y la calidez característica de LA, creando un viaje sonoro que combina nostalgia y frescura. El sencillo destacado, Now More Than Ever, se escribió minutos antes de entrar a grabar y refleja la capacidad de la banda para transformar la urgencia emocional en melodías cautivadoras. Guitarras envolventes, ritmos dinámicos y la voz de Ben Grey que oscila entre la intimidad y la potencia hacen de esta canción un himno sobre el tiempo, la conexión humana y la libertad de vivir el presente.
Trabajando junto al productor Aron Kobayashi Ritch (Momma, Been Stellar, Snail Mail), Dear Boy adoptó un enfoque de grabación en vivo que prioriza la honestidad y la espontaneidad. “Al grabar en vivo, sabíamos al instante si las canciones funcionaban. Los monitores no mienten”, comenta la banda. Esta filosofía impregna todo el álbum, donde cada canción vibra con energía genuina y una sensación de inmediatez pocas veces alcanzada en estudios convencionales.
Con influencias que van desde Pulp, The Cure y Oasis hasta Pixies y R.E.M., Dear Boy logra un sonido que homenajea el indie y el rock alternativo de los 80 y 90, pero con una perspectiva fresca y contemporánea. Celebrator no solo es un testimonio del talento de la banda, sino también una celebración de la amistad, la música en vivo y la creatividad sin restricciones.
El álbum ya está disponible en todas las plataformas de streaming, listo para que los oyentes se sumerjan en la ensoñación sonora y la autenticidad que Dear Boy ofrece con cada acorde.
Stinkus emerge como una bocanada de aire fresco para el productor y compositor Tyler Thompson, el nombre Stinkus surgió de una broma personal, un apodo que evolucionó de “Tink” a “Tinkus” hasta convertirse en el alias con el que Tyler decidió firmar su obra más auténtica. “Quería algo que no sonara serio, algo que me recordara que esto debía ser divertido”, comenta.
Tras años en el mundo del pop y la producción comercial, Thompson atravesó una ruptura que lo empujó a reinventarse. Así nació 23, su álbum debut, un trabajo visceral y profundamente introspectivo que explora la pérdida, la ansiedad y la libertad emocional con una mezcla de grunge, dream pop y lo-fi.
Grabado en solitario, el disco se siente como un diario abierto, lleno de texturas imperfectas y momentos de pura vulnerabilidad. La prensa lo describió como “una obra cálida, liberadora y sorprendentemente relevante”, destacando su capacidad para convertir el caos interno en algo luminoso.
Para su siguiente etapa, Stinkus decidió aislarse en una cabaña en el norte de Michigan, donde durante dos semanas grabó su nuevo material, incluyendo los sencillos “Holy Virgin” y “Plastic Blue.” En ese entorno silencioso, entre frío, árboles y equipos análogos, encontró el espacio perfecto para seguir experimentando con sonidos y estados de ánimo.
Influenciado por artistas como Alex G, Pinegrove y MJ Lenderman, Stinkus crea un universo sonoro donde las guitarras desafinadas, los coros saturados y los arreglos inesperados conviven con una sensibilidad melódica casi pop. El resultado es una música que suena íntima pero expansiva, imperfecta pero llena de verdad.
“Soy bipolar y tengo TOC, así que mi gusto cambia constantemente”, dice Tyler. “Pero grabar todo en el mismo lugar hace que, aunque las canciones sean distintas, se sientan conectadas. Son distintos estados de ánimo, pero el mismo yo.”
El Track x Track de “I love you, trackstar”
1. “Plastic Blue”
Este arranque abre el álbum con energía ansiosa y una mezcla ecléctica que combina bedroom-pop, indie electrónico y una vibra casi caótica de grunge suave. Desde la primera línea “painting my nails the colour of recycling bin” se percibe la ironía y el detalle cotidiano elevado a metáfora. La producción, realizada en la cabaña de Michigan, aprovecha el entorno aislado para dar una textura cruda pero pulida al mismo tiempo: guitarras que crujen, sintetizadores que emergen como ráfagas, coros que se elevan a un clímax casi frenético. En el álbum sirve como declaración de intenciones: Stinkus no teme mezclar lo íntimo con lo épico, a la vez que nos sorprende por la evolución del sonido del proyecto respecto a su anterior disco.
2. “Falling in Love” ft. Ocean LeClair
La colaboración con Ocean LeClair introduce una dinámica distinta: aquí hay apertura, vulnerabilidad y melodía más clara. La voz invitada aporta un contrapunto al tono algo nervioso de Stinkus, permitiendo que la canción respire y se extienda en direcciones soñadoras. La letra explora el tropiezo de enamorarse mientras uno se debate con sus propias dudas y patrones: ese momento de desprenderse de defensas, dejar que alguien entre, pero sin perder el pulso de uno mismo. Sonoramente, se equilibra entre sintetizadores suaves y guitarras ligeras, apuntaladas por un ritmo que avanza con determinación sin renunciar a momentos de pausa reflexiva. En el contexto del disco aparece como el primer gran “respiro” emocional tras la euforia de “Plastic Blue”.
3. “Only When It Comes to You, I Guess”
Con un título que suena casi confesional, esta pista profundiza en el territorio de la auto-observación: ¿Cuándo realmente entregas tu corazón? ¿Solo cuando la circunstancia lo exige? al final sugiere duda, vacilación. La música acompaña ese estado con acordes que se deslizan lentos, una atmósfera ligeramente etérea, y un tempo algo más moderado que las canciones anteriores completamente sumergido en el Bedroom Pop. Las guitarras pueden sonar un tanto distantes, los planos vocales cercanos, generando intimidad. En el álbum funciona como el puente entre la emoción externa y la introspección, un momento para mirar hacia dentro, ponderar lo que se siente y lo que se dice.
4. “Casino”
“Casino” con una base rítmica más marcada, un pulso que poco a poco va explotando, los sonidos de los platillos y elementos acusticos marcas esta sensación organica que nos encanta. En esta canción Stinkus parece hablar de relaciones, expectativas y pérdidas. La producción mantiene esa estética cruda-refinada: un poco de distorsión, un poco de clara melodía pop, y un ambiente que sugiere salir al filo.
5. “Curiously Intent, (Underdog)”
Este título sugiere curiosidad y propósito, mezcla rara que implica observar y actuar al mismo tiempo. La pista se sumerge en ese deseo de entender al otro o entenderse a uno mismo, sonoramente Stinkus nos sumerge en capas de guitarras acusticas y un ambiente ligeramente reverberado, quizás momentos instrumentales que se extienden. En el marco del álbum, “Curiously Intent” puede servir como el momento de transición medio, donde la energía alta baja un poco para dar paso a una exploración más intensa, preparando el terreno para las canciones que siguen.
6. “I Love You Trackstar”
El tema que le da nombre al álbum representa probablemente el núcleo conceptual de la obra. Un “trackstar” podría referirse a alguien que navega por pistas (musicales, emocionales), que corre, que brilla, quizá alguien que arriesga. “I Love You Trackstar” suena como declaración, como reconocimiento a ese tipo de persona o a ese impulso interno. La canción juega con nuevos elementos, como los son sintetizadores super brillantes, voces procesadas con capas de filtros y una sensación pop que nos encanta. Aquí Stinkus une su deseo de libertad creativa con la emoción cruda del amor, de bien o mal, de arriesgarse. En el álbum aparece en un lugar estratégico: después de haber explorado distintas facetas, este es el momento de reunirlas y presentarlas en un solo pulso.
7. “Still (Interlude)”
El interludio funciona como pausa, como respiro. Tras la canción título, esta pieza nos da remembranza a un sonido lleno de guitarras, con arreglos que facilmente pudiecen venir en el clasico album de American Footbol. La canción sirve para conectar la primera mitad del álbum con la segunda, recalibrar la atención y preparar el terreno para los temas que vendrán.
8. “Holy Virgin”
Uno de los sencillos destacados del álbum: mezcla de dream pop con indie rock, inspiración de sus paseos por el vecindario mientras caminaba al perro, y la sensación de observar la vida cotidiana con ojos emocionales. La canción combina melodía luminosa con letras que tocan lo introspectivo: reflexionar sobre la inocencia o el renacer (“virgin” en el sentido simbólico), sobre la pureza de la experiencia antes de los filtros. Musicalmente, se apoya en sintetizadores, guitarras limpias, quizá coros etéreos. En el flujo del álbum, “Holy Virgin” representa la parte más accesible, quizá la más “hit-potencial”, pero sin perder la autenticidad que define a Stinkus.
9. “Bleeding Orange”
El título sugiere vulnerabilidad (bleeding) y al mismo tiempo un color que puede evocar atardeceres, calor, emoción. Esta canción nos lleva a un memoemnto de nostalgia, entre guitarras acusticas y esta doble voices que nos encanta del artista, con melodias agiles y una letra que poco a poco va pasando de lo nostalgico e intimo a una explosión de energia con un coro super pegajoso pero con la sensibilidad de un atardecer.
10. “Take That What You Want” ft. Lophiile
La colaboración con Lophiile trae otro color al álbum: un crossover entre el indie rock de Stinkus y las texturas electro urbanas de Lophiile. Musicalmente la canción nos sorprende con guitarras mas agresivas pero que son muy bien dijeridas en la canción y estilo de Stinkus, ofreciendo una expansión que ayuda a que el álbum no quede encerrado en un solo tono pero que tampoco pierde el sonido que venia construyendo. La letra sugiere permisividad (“toma lo que quieres”), quizá como un acto de liberación.
11. “Wide Eyed”
En este tramo del álbum, “Wide Eyed” enfoca la mirada hacia adelante, hacia lo que viene, quizá mezclando melancolía y esperanza. Sonoramente un tono mas sereno, el rasgeo de guitarras atmosféricas, voces suaves, y un pulso rítmico mas tranquilamente moderado, la canción representa el “amanecer” tras la tormenta: ves el mundo de nuevo, ojos abiertos.
12. “Coming to an End”
Llega el arco de cierre del disco la canción nos presenta riffs arriesgados, que van de los distorsionado a lo suave de una manera muy llevadera, los golpes de bateria marcan un groove interesante, mientras la voz toma un tona mas relajado y hablado, que le da su propia personalidad a la canción, para el final de la canción los ostinatos vocales y ell aumento en el BPM dan una sensación de crecimiento muy interesante.
13. “Maggie My Dog”
Con una guitarra que nos remonta a los iconos del Pop Punk de los dos mil, “Maggie My Dog” nos da un tono irreverente y divertido, una canción que, por el título, suena menor convencional, un momento de ternura, de pausa emocional, donde Stinkus rinde homenaje a una presencia fiel. En el álbum funciona como el gran respiro antes del cierre final, un gesto de humanidad, de humildad.
14. “The Oath”
La pieza final, “The Oath”, suena como compromiso, promesa, juramento. Un cierre poderoso pero sereno para el álbum: tras todo lo explorado, ansiedad, amor, juego, vulnerabilidad. Sonoramente, la canción recae en una balada acustica, con elementos vistos en el disco como las voces dobladas, un coro sumamente emocional, y un estilo de producción super consolidado.
Con I love you, trackstar en el horizonte, Stinkus no teme mostrar sus contradicciones. Su música es un reflejo del presente, donde la melancolía y la ironía pueden coexistir.
El recorrido de un músico a menudo define su sonido, y el caso de Mario Viloria es un claro ejemplo. Hablamos de un compositor venezolano que ha desarrollado su carrera a través de múltiples fronteras, desde Maracaibo hasta Miami. Este trayecto ha sido el crisol de su proyecto solista, Viloria, un vehículo para su visión musical que se ha adaptado a diferentes escenas locales.
Su propuesta se materializa en temas como Luz Verde. La canción es una descarga de rock directa, sostenida por un ritmo enérgico y constante. No busca rodeos; la instrumentación es potente y la voz se integra de manera natural, encajando con la intensidad que el estilo requiere. Es una pieza que muestra la dirección clara del proyecto.
Aunque Viloria publica música desde 2013 con otras bandas, su proyecto solista homónimo tomó forma en 2019, en Santiago de Chile. Fue allí donde estableció su formato predilecto de power trio, moviéndose en las coordenadas del rock alternativo y el punk. Sus primeros sencillos comenzaron a definir la energía que lo caracteriza.
El proyecto demostró su resiliencia al trasladarse a Buenos Aires y, finalmente, a Miami en 2022. Su primer LP, “Pez Que Fuma”, grabado entre Chile y Argentina, es el resultado de esa persistencia. Ahora, con una nueva alineación en Florida, Viloria continúa su camino, probando que el rock en español mantiene su pulso sin importar la latitud.
Desde su formación en 2021, GreenWing ha cimentado su reputación en el circuito de giras canadiense. Su propuesta no se basa en la sutileza, sino en una presencia escénica caótica y ritmos infecciosos que definen su sonido. Son una banda que entiende la importancia de los coros diseñados para ser cantados por el público, una característica clave de su identidad en vivo.
Esta energía se canaliza de forma efectiva en su canción All Hard Feelings. El tema presenta un carácter fuerte, apoyado en un ritmo dinámico con claras influencias del rock. La voz, explosiva pero flexible, complementa la instrumentación y demuestra una capacidad notable para construir ganchos que buscan conectar con una audiencia amplia, resultando en una pieza disfrutable.
El impacto de esta fórmula es medible. Su álbum debut les abrió puertas para acompañar a bandas como Three Days Grace y Wheatus. Esta actitud, que combina la sensibilidad del medio oeste con la canadiense, les ha granjeado seguidores leales y el reconocimiento de la industria, incluyendo el premio “Artista de Rock del Año” de Sask Music.
El grupo ha demostrado su versatilidad incluso con versiones que han llegado a las listas de Billboard. GreenWing parece haber encontrado un equilibrio entre la energía cruda y la accesibilidad. All Hard Feelings es una muestra de ese enfoque, producto de una banda que ha probado su valía en la carretera y no solo en el estudio de grabación.
Hay impulsos creativos que no responden a una banda o a una persona, sino a una necesidad fundamental de crear. Bajo esa premisa opera Tender Glue, el proyecto de Tom Gluewicki, un músico de origen polaco radicado en Nueva York. Su historia musical comenzó con una guitarra rota y se ha desarrollado no en grandes estudios, sino en la intimidad de su propio hogar, utilizando los recursos a su alcance para dar forma a sus ideas.
Su canción, My Sweetest Tone (Time Machine), es un reflejo de este proceso. La pieza se mueve en las coordenadas del indie rock con una dosis bien integrada de shoegaze que aporta textura. Su ritmo es dinámico, con juegos de intensidad y matices instrumentales que añaden profundidad a la mezcla. Sobre esta base, la voz se acopla de manera natural, funcionando como un elemento más del paisaje sonoro.
La crudeza y el carácter personal de su música no son un accidente, sino una consecuencia directa de su método de trabajo. Su último álbum fue grabado y producido íntegramente en el clóset de su apartamento en Manhattan, un detalle que explica la atmósfera de su propuesta. Es un sonido que nace de la limitación y la convierte en una característica definitoria, sin artificios.
La propuesta de Tender Glue es la de un músico que construye su universo sonoro con lo que tiene a mano. Lejos de las grandes producciones, su trabajo encuentra su fuerza en la honestidad de su origen. My Sweetest Tone (Time Machine) funciona como una ventana a este mundo, ofreciendo una pieza con una estructura sonora interesante que vale la pena explorar.
Formado en 2014 en Los Ángeles, Livingmore surgió cuando Alex y Spencer se conocieron a través de sus proyectos solistas. La química musical entre ambos fue inmediata, dando origen a un proyecto conjunto que rápidamente captó la atención del público con un EP y varios sencillos. Su interpretación de Little Bird en un estacionamiento se volvió viral, consolidando su presencia en línea y marcando el inicio de una carrera prometedora en la escena indie.
Su álbum debut, OK To Land, recibió elogios de la crítica y presentó al mundo un sonido que combina la sensibilidad moderna del indie rock con un toque de pop nostálgico. En 2021, la banda lanzó Take Me, producido junto al baterista y colaborador Mike Schadel y mezclado por Josiah Mazzaschi, que mostró su crecimiento artístico y exploración sonora. Su álbum de 2022, Look, destacó por su intimidad y versatilidad, confirmando a Livingmore como un grupo capaz de experimentar sin perder su identidad.
El sonido de Livingmore se caracteriza por melodías pegajosas, guitarras expresivas y letras que exploran emociones profundas, desde la vulnerabilidad hasta la resiliencia. Su sencillo más reciente, Hurting, continúa esta línea, combinando elementos de Country y Southern Rock con un enfoque introspectivo que invita a la reflexión y la empatía. La banda también acompaña su música con visuales impactantes, como el videoclip de Hurting, que captura la esencia de la canción a través de secuencias en cámara lenta.
Actualmente, Livingmore trabaja junto a Jeff Schroeder (Smashing Pumpkins) en su próximo material, prometiendo seguir sorprendiendo con su estilo único. Con actuaciones enérgicas, un sonido distintivo y una capacidad para conectar emocionalmente con su audiencia, Livingmore se ha consolidado como uno de los actos indie más interesantes de la actualidad.
Hay proyectos musicales que nacen de una visión clara, y el de Ace of Wands es uno de ellos. Liderado por la compositora y multiinstrumentista Lee Rose, este trío de Toronto se distingue por su enfoque creativo y su instrumentación particular. La forma en que Rose alterna el violín y la guitarra mientras maneja pedales de bajo sintetizado con los pies habla de un diseño sonoro muy meditado para sus presentaciones.
Su canción Magical Mind es un buen ejemplo de esta arquitectura en acción. La pieza se construye sobre un ritmo de rock sólido, donde las voces femeninas asumen un rol protagónico y definen la dirección del tema. Lo que destaca es su estructura, que se percibe ingeniosa y bien pensada, logrando capturar la atención del oyente a través de su desarrollo y dinámica interna.
El sonido del grupo evoca referentes del art-rock y el pop orquestal, pero también la distorsión del rock alternativo. Esta mezcla tiene su origen en la formación de Rose, una violinista clásica que tuvo una revelación mientras estaba de gira como músico de acompañamiento. Fue esa experiencia la que la impulsó a perseguir con seriedad su propia visión musical, un camino que venía gestándose por años.
La visión de Rose encontró su forma definitiva con la llegada de Anna Mernieks y Jody Brumell, cuya química aportó la profundidad y la garra necesarias. En Ace of Wands se escucha tanto la intención de una compositora como la fuerza de un ensamble cohesionado. Magical Mind es una muestra de un proyecto que utiliza la musicalidad y la estructura para crear un mundo sonoro propio.
La edad es a menudo un indicador engañoso en el mundo de la música, y el caso de Tom A. Smith es un claro ejemplo. Con solo 18 años, este músico de Sunderland presenta una hoja de ruta que muchos artistas consolidados tardarían décadas en construir. Su desarrollo no ha ocurrido en un estudio de grabación aislado, sino sobre las tablas de escenarios legendarios, un hecho que define su sonido de manera fundamental.
Su canción I Don’t Blame You es un testimonio de esa formación. La pieza se sustenta en una sección rítmica de notable construcción y ganchos efectivos que capturan la atención sin esfuerzo. Con influencias que beben del rock y el indie pop moderno, el tema proyecta una sensación de frescura, anclada por una presencia vocal que se abre paso con claridad y convicción en la mezcla.
Este nivel de ejecución no ha pasado desapercibido, ganándole el respeto de figuras consolidadas. Haber compartido escenario con artistas como Sam Fender y recibir el reconocimiento de Elton John no son meras anécdotas, sino validaciones de un talento en pleno desarrollo. La colaboración con el productor Larry Hibbitt también apunta a una búsqueda sonora ambiciosa y bien dirigida para su carrera.
Más que una promesa emergente, Tom A. Smith se presenta como un músico con un oficio ya definido. En I Don’t Blame You se percibe la energía de la juventud, pero también la seguridad de quien conoce el escenario. Es una propuesta musical potente y directa que merece ser escuchada para comprender cómo la experiencia, y no solo los años, moldea a un artista.
Desde Noruega, Cocktail Slippers regresan con “Back Where You Belong”, una canción que destaca por su marcado aire rockero y una estética retro imposible de ignorar. Las guitarras mantienen un pulso constante, mientras las voces femeninas se entrelazan con naturalidad sobre un ritmo que atrapa de inmediato. Con esta propuesta, la banda reafirma su capacidad de llevar la energía del garage y el punk hacia un terreno más cercano al indie actual.
Formadas por SUGAR en el bajo, ROCKET QUEEN y VEGA en las guitarras, SMASH en la batería y HOPE en la voz, las integrantes de Cocktail Slippers han consolidado un estilo propio que, aunque inspirado en Blondie, Ramones, The Cramps o Patti Smith, no se limita a reproducir fórmulas del pasado. Su sello está en la fuerza de los riffs y en la armonía que construyen al combinarse, dando forma a un sonido inmediato y reconocible.
A lo largo de su trayectoria, la agrupación ha sabido equilibrar la tradición del rock con un enfoque actual. Sus presentaciones en vivo se han convertido en un punto de referencia, gracias a la intensidad que transmiten y a una estética cuidada que forma parte de su identidad. Este mismo espíritu se refleja en “Back Where You Belong”, donde la energía se sostiene sin perder claridad ni ritmo.
En esta nueva entrega, Cocktail Slippers no buscan reinventar el género, sino mantener viva su esencia y acercarla a nuevos oídos. El resultado es un tema que combina lo inmediato con lo atemporal, uniendo la nostalgia del rock clásico con la frescura del indie contemporáneo. Con ello, el grupo reafirma que su propuesta sigue vigente y con espacio para crecer dentro de la escena internacional.