Si eres un apasionado de la música y estás siempre en busca de nuevos sonidos para enriquecer tu playlist, has llegado al lugar indicado. En esta ocasión continuamos con nuestra sección “Nueva Ola”, donde te sumergiremos en el emocionante mundo de los lanzamientos musicales de artistas emergentes de todo el planeta y el mar. Desde géneros clásicos reinventados hasta fusiones audaces y voces que te dejarán sin aliento, prepárate para descubrir una nueva dimensión de la música global.
Ghost Party – Ghostwriter | Estados Unidos
Ghost Party es una banda estadounidense que fusiona el indie rock con tintes psicodélicos, dreampop y una estética retro cargada de referencias a los años 60. Su propuesta destaca por crear paisajes sonoros brumosos y envolventes, donde lo etéreo convive con lo emocionalmente intenso. A través de letras introspectivas y una producción lo-fi cuidadosamente diseñada, el proyecto explora temas como la ansiedad, el bloqueo creativo y la identidad, posicionándose como una voz singular dentro de la escena alternativa contemporánea.
Harper – roadkill | Reino Unido
Harper es un dúo originario de Leicester, Reino Unido, formado por Matt y Sadie, que crea una propuesta musical íntima y nebulosa desde el corazón del campo británico. Su sonido se mueve entre el dream pop, el indie lo-fi y la melancolía ambiental, construyendo paisajes sonoros que evocan nostalgia, calma y una belleza difusa. Con una estética delicada y contemplativa, Harper convierte lo cotidiano en algo etéreo, haciendo de cada canción una postal borrosa cargada de emoción.
The Slow Glow – Take it easy, Charlie | Suecia
The Slow Glow es un proyecto nostálgico que transforma las emociones en canciones-carta llenas de calidez. Su sencillo “Take it easy, Charlie” es escrito como mensaje a un amigo tras una conversación en Buenos Aires. Con influencias de la era Lennon de los 70, la canción combina sinceridad emocional con una producción casera y detallista fue grabado por el propio artista. Incluso el slide de guitarra fue tocado con una moneda, reforzando ese espíritu artesanal y honesto que define a The Slow Glow.
Desde su estudio improvisado en un contenedor en Pollard Yard, Big Society vuelve a hacer ruido con Guarantee, su más reciente sencillo que ya está disponible en todas las plataformas digitales desde este 11 de julio. Esta nueva entrega marca el tercer adelanto de su álbum debut y reafirma el enfoque melódico y crudo que distingue al trío originario de Manchester. Esta vez, sin embargo, se percibe un tono más pausado, más íntimo, que deja ver otra cara del grupo.
Con la mezcla de Matt Wiggins—ingeniero de artistas como Adele y Glass Animals—Guarantee suena nítida, cuidada, pero sin perder ese rasgo indie que los conecta con su audiencia. La voz tenor de Will Jacquet, quien además se encarga de la batería, guía con suavidad una letra que reflexiona sobre los riesgos emocionales y las decisiones inciertas que marcan la vida cotidiana. La producción no busca sobrecargar: permite que cada instrumento respire.
Los integrantes, que se conocieron estudiando en el Royal Northern College of Music Conservatoire, ya habían demostrado química en sus lanzamientos anteriores, pero en esta canción parece que se permiten bajar la guardia un poco más. Hay algo más contemplativo, más sencillo, que no por eso pierde fuerza. Thom Fripp y Harry Gummery acompañan con sutileza, dejando que la canción crezca sin prisa.
Tras su participación como teloneros en la gira europea de Luvcat, el grupo llega a este punto con una base sólida de oyentes y una dirección artística clara. Guarantee no busca impresionar con artificios: se enfoca en capturar ese momento justo entre la duda y la convicción. Un paso que, aunque tranquilo, suena firme.
Desde las entrañas culturales de Oxnard, California, surge una propuesta en la escena alternativa chicana actual: The Crystal Tears. Con un sonido que ellos mismos definen como Gothic Soul Groove, esta banda fusiona con audacia el alma profunda del soul latino, los ritmos hipnóticos de la cumbia y las atmósferas etéreas del dream pop, todo envuelto en un aura oscura y poética.
La alineación de la banda incluye a Naomi Fuentes (Voz), Cheyne Castroni (bajo), Héctor Soto (guitarra), Hekar Rivera (cello, teclado, percusiones), Bello (voz, guitarra, bajo, saxofon y órgano), Nesta Rivas (Batteria). The Crystal Tears logra crear una fusión propia que es tan nostálgico como propio.
El Track x Track de The Crystal Tears
Dia de los Muertos
“Día de los Muertos” de The Crystal Tears es una huapachosa y oscura celebración sonora de la icónica festividad mexicana. La canción fusiona la cadencia envolvente de la cumbia con violines góticos que lloran entre capas de percusión ritual y teclados espectrales, creando un paisaje musical que es tanto festivo como melancólico, sintiendose como un canto místico, lleno de nostalgia y espiritualidad, donde lo tradicional se encuentra con lo alternativo para rendir homenaje a una de las fechas más profundas de la cultura mexicana.
Es Halloween
En “El Halloween” descubrimo una original mezcla de post punk, donde guitarras dreamy y una base rítmica urgente se entrelazan con el sonido inesperado y fantasmagórico de trompetas, creando una atmósfera tensa, festiva y misteriosa a la vez. La canción captura el espíritu travieso y oscuro de la noche de brujas, jugando con imágenes góticas y referencias culturales. Esta fusión inusual entre energía punk y vientos latinos le da a “El Halloween” un carácter teatral y vibrante.
Eternal Dusk
En “Eternal Dusk”, The Crystal Tears se adentran en su faceta más lúgubre y contemplativa, dejando momentáneamente de lado sus habituales fusiones para entregarnos una pieza dominada por una interpretación de violín profundamente emotiva, con claras influencias de la música clásica y el romanticismo gótico. La atmósfera es sombría y delicada, como una elegía suspendida en el tiempo, donde cada nota parece susurrar secretos del más allá. A pesar del giro estilístico, la canción mantiene intacta la esencia del grupo en el albúm, demostrando que su identidad vive en el alma de cada interpretación.
Eternal Dusk P2
“Eternal Dusk P2” funciona como el epílogo perfecto para su predecesora, llevando la oscuridad contemplativa de “Eternal Dusk” hacia una resolución cargada de emoción. En esta segunda parte, The Crystal Tears cierran el ciclo con una sensibilidad donde el violín cede protagonismo al piano en la parte final, que entra con acordes lentos, frágiles y profundamente tristes. La pieza no busca levantar el ánimo, sino abrazar la melancolía y darle un lugar digno dentro del universo sonoro de la banda. Es un cierre íntimo y vulnerable que reafirma la capacidad del grupo para conmover sin necesidad de palabras, manteniendo su identidad emocional con una belleza sombría que deja eco.
Intertwined
En “Intertwined”, The Crystal Tears regresan a su vena más post punk con una ejecución elegante y envolvente. Con una voz femenina dulce y etérea que flota sobre cajas de ritmo rápidas y precisas, la canción construye una atmósfera misteriosa y nocturna que recuerda al espíritu clásico del género. A medida que avanza el track, la banda introduce sutilmente violines que se entrelazan con la base rítmica, aportando una textura emocional que eleva la canción sin romper su tensión. “Intertwined” es una muestra clara de cómo la banda domina el equilibrio entre lo melódico y lo sombrío, consolidando su estilo con identidad y sofisticación.
Jasmine Flowers
“Jasmin Flowers” se presenta como una de las joyas más delicadas del álbum, donde The Crystal Tears se sumergen de lleno en el universo del dream pop para entregar una balada hipnótica y nostálgica. Alejada de los matices oscuros de otras piezas del disco, esta canción destaca por sus capas etéreas de guitarras reverbadas, sintetizadores flotantes y una interpretación vocal suave que parece susurrar desde un recuerdo lejano. Es un tema que invita a perderse, a dejarse llevar por la bruma sonora que construye la banda con precisión emocional, reafirmando su versatilidad sin sacrificar la identidad que los define.
Of You
“Of You” es una balada dreamy que navega entre la melancolía y el anhelo, construida sobre texturas suaves y voces susurrantes que envuelven al oyente en una calma suspendida. Sin embargo, hacia el tramo final, la canción se transforma por completo, estallando en una ola de distorsiones densas y envolventes propias del shoegaze. Junto a “Jasmin Flowers”, este track representa el corazón más onírico del disco, donde The Crystal Tears exploran a fondo el sonido clásico del dream pop, demostrando una sensibilidad sónica.
Por Eternidad
En “Por Eternidad”, la banda retoman su característico sonido guapachoso, fusionando la cadencia vibrante de la cumbia con violines melancólicos y una atmósfera oscura pero dulcemente envolvente. Las letras, cantadas en español, hablan del anhelo profundo de amar por la eternidad, creando un contraste emotivo entre la calidez rítmica y la fragilidad del sentimiento. El tema vibra con un romanticismo fatalista, donde cada acorde y cada golpe de percusión parecen bailar entre la luz y la sombra.
Solo Yo
“Solo Yo” abre con una introducción que podría fácilmente pertenecer al catálogo de Joy Division, con un bajo profundo que marca el tono sombrío desde el primer segundo. La voz masculina principal, cargada de dramatismo y vulnerabilidad, se entrelaza con coros misteriosos que amplifican la sensación de desasosiego y deseo. A medida que avanza, la canción incorpora un ritmo rápido de caja de ritmo que late con energía constante, llevándonos de la introspección al movimiento. Es un tema que, sin perder su melancolía, invita a bailar bajo luces estroboscópicas en una discoteca gótica, donde el dolor y el placer conviven al mismo compás.
Sueño Azul
“Sueño Azul” nos envuelve desde el inicio con una introducción sutil de cuerdas y sintetizadores que abren paso a una balada introspectiva y etérea, distinta a todo lo que The Crystal Tears habían mostrado hasta ahora. A lo largo del track, se perciben influencias nuevas que expanden el universo sonoro de la banda, explorando territorios retro. Aunque da la sensación de que la canción queda a un paso de alcanzar su máximo desarrollo, “Sueño Azul” se convierte en una pieza intrigante, que aporta una pausa melancólica justo antes del cierre del álbum.
Vampiro
Fue con “Vamipo”, que la banda reafirma su estilo principal con una fusión de cumbia y generos como el dream pop, y un solo de violín electrizante de Hekar Rivera, la canción mezcla cumbia y gótico como nunca antes, convirtiéndose en una declaración de principios y en la antesala perfecta para su álbum debut homónimo.
Con este recorrido sonoro, The Crystal Tears consolidan un debut lleno de matices, donde lo oscuro y lo luminoso coexisten en perfecta armonía. Entre cumbias góticas, baladas etéreas, explosiones shoegaze y homenajes al post punk clásico, el álbum se siente como un universo propio: profundamente emocional, chicano en esencia y audaz en forma. Es un trabajo que no teme experimentar, pero que nunca pierde su identidad.
Si eres un apasionado de la música y estás siempre en busca de nuevos sonidos para enriquecer tu playlist, has llegado al lugar indicado. En esta ocasión continuamos con nuestra sección “Nueva Ola”, donde te sumergiremos en el emocionante mundo de los lanzamientos musicales de artistas emergentes de todo el planeta y el mar. Desde géneros clásicos reinventados hasta fusiones audaces y voces que te dejarán sin aliento, prepárate para descubrir una nueva dimensión de la música global.
Rosé Futurismo – KALEIDOSCOPE | Estados Unidos
Rosé Futurismo irrumpe como un poeta urbano del futuro, un enigma lírico que transforma el caos de la ciudad en arte sonoro. Su sencillo “Kaleidoscope” encapsula esa dualidad: una pieza introspectiva y envolvente que se desliza como un sueño a medio recordar. Con una atmósfera lo-fi y melancólica, la canción explora emociones fragmentadas por el tiempo y la memoria, revelando el costado más vulnerable y contemplativo del artista. Entre sombras, luces de neón y verdades a medias, Rosé Futurismo convierte su música en refugio, búsqueda y redención.
Joe Dilillo – When It Comes To Us | Estados Unidos
Joe Dilillo es un compositor y productor de Chicago, a lo largo de su carrera ha colaborado con artistas de como A Girl Called Eddy, The Lickerish Quartet y Josh Caterer, combinando la sofisticación melódica clásica con una sensibilidad contemporánea. En 2023 lanzó su EP Superhero Star y con canciones como “When It Comes To Us”, demuestra que la experiencia y la autenticidad siguen siendo sus mayores fortalezas.
Pagafantas – Difracción | España
Pagafantas es una banda de pop-rock/indie que nace de la combinación de humor, sinceridad y desamor. Formada por cinco músicos originarios de Cáceres, Huelva, Castellón y Tenerife, el grupo transforma las experiencias románticas fallidas y las torpezas sentimentales en canciones pegajosas y llenas de energía. Su estilo mezcla ritmos rápidos con letras que alternan entre la ironía y la vulnerabilidad, reflejando tanto la comicidad como la fragilidad del amor moderno. Con influencias que remiten al cine de instituto y una estética de “pringado entrañable”, Pagafantas conecta a través de historias reales y emotivas.
En un rincón donde el dream pop se mezcla con lo introspectivo, Moon Panda lanza Lost World, una canción tranquila que flota entre atmósferas lofi y melodías suaves. La voz femenina guía el relato como si narrara un sueño a punto de deshacerse. El tema parte de una pregunta sencilla pero desgarradora: ¿qué pasa cuando la relación que sostenía todo empieza a tambalearse?
Compuesta por la californiana Maddy Myers y el danés Gustav Moltke, la pareja detrás de Moon Panda ha aprendido a no separar su vínculo personal de su música. Lost World es resultado de ese cruce inevitable entre lo íntimo y lo creativo. El bajo profundo y los arreglos delicados sostienen un relato de pérdida emocional que no necesita dramatismo para ser contundente.
La canción forma parte del universo que presentaron en el EP Make Well, donde exploran los momentos más vulnerables de su historia juntos. Pero aquí, el tono parece más introspectivo, más encerrado en la cabeza de quien ya no sabe si el futuro compartido sigue siendo posible. Hay una calma inquieta que recorre todo el tema, como si se caminara por un mundo conocido que ha comenzado a desmoronarse lentamente.
Lost World no pretende resolver el conflicto, ni señalar culpables. Es una canción que acepta la tristeza como parte del recorrido, como algo que también necesita su espacio para respirar. Y en esa aceptación, suena cercana, sincera y profundamente humana. Para quienes han sentido que el suelo conocido se vuelve extraño, esta canción puede ser un eco de consuelo.
Desde Western Sydney, Ryan Thomas da un nuevo paso con su canción Can We Start Again?, una pieza donde la guitarra no es solo acompañamiento, sino un personaje central que conduce toda la narrativa. Con una voz tenor que se mantiene firme sin ser impositiva, el tema plantea una pregunta sencilla pero cargada de historia: ¿podemos volver a empezar? A través de un ritmo atractivo, casi intuitivo, Ryan canaliza emociones reconocibles sin caer en el exceso.
Este nuevo sencillo refleja el trayecto de un músico que ha pasado por escenarios diversos: desde jams de blues hasta una banda de pop punk. Todo eso se escucha en los matices de Can We Start Again?, una canción que combina la crudeza del presente con ecos de influencias clásicas y modernas. La estructura es limpia, sin adornos superfluos, lo que permite que el foco esté en la guitarra y la letra.
Ryan Thomas, también conocido como “Tastee Licks”, no es ajeno a la introspección. Ya en su debut con Falling Back mostró una tendencia a convertir experiencias personales en reflexiones musicales. Aquí vuelve a hacerlo, pero con más soltura, como si la idea de recomenzar no viniera desde la desesperación, sino desde la calma de quien ha aprendido algo en el camino.
Can We Start Again? no impone respuestas ni fórmulas, solo lanza una pregunta que muchos han evitado hacer en voz alta. A través de una mezcla sutil de nostalgia y madurez, Ryan demuestra que a veces una guitarra y una voz clara bastan para generar conexión. Una canción para quienes alguna vez quisieron borrar lo dicho, pero también para quienes aprendieron a empezar desde lo que quedó.
En tiempos donde lo cotidiano se transformaba en incertidumbre, Wasabi Club encontró en el encierro creativo una vía de escape. Formado durante la pandemia en Gqeberha, Sudáfrica, el dúo compuesto por Rikalet y Matthew de Lange empezó a dar forma a un sonido que mezcla capas suaves de dreampop con una base de indie rock calmada pero firme. Su nuevo sencillo PROTOPIA parece consolidar esa búsqueda por una atmósfera que es tanto introspectiva como expansiva.
La voz femenina de Rikalet guía la canción con delicadeza, sin perder presencia. Entre sintetizadores envolventes, guitarras que rozan el shoegaze y una estructura medida, PROTOPIA crea una experiencia que invita más a sentir que a interpretar. El tema juega con la idea de un futuro posible, uno no idealizado, sino construido a partir de pequeñas resistencias emocionales.
Las influencias de bandas como Slowdive, Beach House o M83 se hacen notar, pero Wasabi Club logra imprimir un carácter propio a su propuesta. Hay una intención poética en la letra, que toma distancia de lo inmediato y se adentra en terrenos más reflexivos. La canción no acelera ni estalla, se mantiene en un punto medio donde lo emocional se construye desde la constancia, no desde el dramatismo.
PROTOPIA es una muestra del tipo de música que no exige atención, pero la retiene. Su textura calma, combinada con la profundidad de su mensaje, ofrece un lugar para detenerse y mirar hacia dentro. Para quienes buscan un respiro entre tanto ruido, este sencillo es una puerta abierta hacia un espacio distinto, donde lo sutil también puede ser poderoso.
En un contexto donde la música parece acelerarse al ritmo de las redes sociales, Brent de la Cruz propone algo distinto con su canción Day To Day. Desde San Diego y ahora afincado en Los Ángeles, este artista autodidacta apuesta por una mezcla de indie rock y pop con toques personales que se sienten cercanos, casi confesionales. Su voz tenor se desliza con naturalidad entre versos que retratan lo rutinario con una mirada introspectiva.
Day To Day no pretende romper moldes, pero sí apartarse de fórmulas prefabricadas. Hay una honestidad en su estructura, donde cada acorde y cada pausa parecen colocados con intención, sin adornos innecesarios. La influencia de artistas como Frank Ocean y MGMT se filtra sutilmente, no como copia, sino como rastro de una formación musical amplia que se expresa con claridad.
Desde sus primeros lanzamientos en 2019, Brent de la Cruz ha mantenido una trayectoria particular, sin campañas agresivas ni apoyos masivos. Su presencia en playlists editoriales fue ganada a pulso, y tras una pausa prolongada para trabajar en su sonido, regresa con una propuesta más afinada. Esta canción refleja ese proceso de maduración sin perder frescura ni espontaneidad.
Day To Day es una especie de diario musical donde lo simple cobra sentido. La rutina, los altibajos y ese deseo de seguir creando sin buscar validación inmediata son parte del mensaje que Brent parece transmitir. Escucharla es conectar con un momento que todos hemos vivido: ese día cualquiera que, sin ser especial, deja algo que se queda.
En un panorama musical saturado de fórmulas repetidas, Harvey Brittain parece no tener prisa por encajar. Su nueva canción my heart keeps score llega como una pieza que combina el pulso del rock con el refinamiento del pop moderno, guiada por una voz tenor que no teme mostrarse vulnerable. La batería, lejos de ser protagonista, aparece cuando debe, marcando pausas que dan aire a una historia personal sin buscar dramatismos excesivos.
Criado en Preston y ahora instalado en Los Ángeles, Harvey Brittain ha recorrido un camino inusual, desde sus primeras notas de jazz infantil hasta los escenarios de Nueva York. Este nuevo sencillo forma parte de su proyecto debut, una recopilación que mezcla momentos íntimos con sonidos que beben tanto del indie británico como del pop introspectivo actual. Aquí, la nostalgia no es solo un recurso, sino parte de la estructura emocional que sostiene la canción.
my heart keeps score no busca impactar con fuegos artificiales ni estrofas pretenciosas. Su fuerza está en lo que deja fuera, en la contención, en esa batería que entra cuando debe y en una melodía que se sostiene con lo justo. La producción, cálida pero precisa, acompaña sin robarle protagonismo a una letra que parece escrita tras una noche larga o una conversación sincera con uno mismo.
Con solo 23 años, Harvey Brittain no pretende tener todas las respuestas, pero ya tiene claro qué quiere contar y cómo quiere que se escuche. Esta canción es una muestra de eso, de alguien que entiende la música como un puente más que como una plataforma. Escucharla es como abrir una libreta de apuntes emocionales, en la que cada verso es una marca que quedó, y cada pausa, una forma de seguir adelante.
En el cruce entre la melancolía urbana y el escapismo digital, Color Palette propone una nueva entrega con su canción Nights Alone. La banda, liderada por Jay Nemeyer desde Washington D.C., ha consolidado una identidad marcada por paisajes musicales envolventes y voces que parecen grabadas en medio de un sueño lúcido. En este caso, se trata de una pieza de indie rock en la que la voz masculina, con un toque de distorsión, sirve como hilo conductor entre lo íntimo y lo etéreo.
Lejos de las fórmulas convencionales, Nights Alone no busca sacudir al oyente sino acompañarlo, casi como una conversación que ocurre al final del día. La guitarra, precisa y atmosférica, se entrelaza con capas sutiles que recuerdan más a un recuerdo que a un espectáculo. La distorsión vocal no impide la conexión, sino que añade una textura emocional que acentúa el sentimiento de aislamiento que el título sugiere.
Color Palette ha demostrado una capacidad para construir canciones que encuentran espacio tanto en el mundo comercial como en los oídos de quienes buscan algo más introspectivo. Su historial con marcas como NBC Universal y MTV confirma una versatilidad que no sacrifica personalidad. Aun así, en esta pieza parece haber una intención más introspectiva, menos diseñada para el gran público y más pensada para quienes escuchan con atención.
Nights Alone es una invitación a detenerse un momento y mirar hacia adentro. No es una canción para llenar estadios ni para listas virales de fiesta, sino para esos momentos en los que la soledad se siente como una constante familiar. Escucharla es recorrer un pasaje silencioso con una linterna tenue en la mano, sabiendo que, aunque estemos solos, no somos los únicos que nos sentimos así.