Desde las soleadas costas de Oahu, la banda estadounidense The Moss ha ido construyendo un sonido propio dentro del indie rock, combinando melodías brillantes con letras introspectivas que exploran la conexión humana y las emociones más profundas. Formada por Tyke James (voz y guitarra), Willie Fowler (batería) y Tyler Harris (guitarra), la banda ha ganado reconocimiento por sus composiciones auténticas y sus enérgicos shows en vivo.
Su más reciente lanzamiento, “Oasis”, es parte del EP Free Ride y refleja la esencia de la banda: la búsqueda de momentos de conexión que nos hacen sentir vistos y comprendidos. La canción combina la delicadeza y fuerza de la voz de Tyke James con guitarras contagiosas, teclados optimistas, bajo sólido y una batería constante que crean un ambiente cálido y envolvente. Musicalmente, “Oasis” equilibra la luminosidad con la profundidad, mostrando influencias de artistas como Pinegrove y Kevin Morby.
El EP Free Ride es un viaje sonoro que explora la introspección y la aceptación, con temas que van desde la oscuridad emocional en “Darkness” hasta la sensación de libertad en “Free Again” y la conexión vital de “Oasis”. La banda demuestra una evolución sonora, ofreciendo un indie rock orgánico y emocional que resuena con autenticidad en cada track.
Para llevar su música al público, The Moss iniciará en primavera de 2026 una gira de seis semanas por Estados Unidos, comenzando el 2 de abril en Seattle, y pasando por ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Austin y Chicago. La gira promete acercar al público a la energía y sensibilidad que caracteriza a la banda.
Hay proyectos musicales que nacen de una visión clara, y el de Ace of Wands es uno de ellos. Liderado por la compositora y multiinstrumentista Lee Rose, este trío de Toronto se distingue por su enfoque creativo y su instrumentación particular. La forma en que Rose alterna el violín y la guitarra mientras maneja pedales de bajo sintetizado con los pies habla de un diseño sonoro muy meditado para sus presentaciones.
Su canción Magical Mind es un buen ejemplo de esta arquitectura en acción. La pieza se construye sobre un ritmo de rock sólido, donde las voces femeninas asumen un rol protagónico y definen la dirección del tema. Lo que destaca es su estructura, que se percibe ingeniosa y bien pensada, logrando capturar la atención del oyente a través de su desarrollo y dinámica interna.
El sonido del grupo evoca referentes del art-rock y el pop orquestal, pero también la distorsión del rock alternativo. Esta mezcla tiene su origen en la formación de Rose, una violinista clásica que tuvo una revelación mientras estaba de gira como músico de acompañamiento. Fue esa experiencia la que la impulsó a perseguir con seriedad su propia visión musical, un camino que venía gestándose por años.
La visión de Rose encontró su forma definitiva con la llegada de Anna Mernieks y Jody Brumell, cuya química aportó la profundidad y la garra necesarias. En Ace of Wands se escucha tanto la intención de una compositora como la fuerza de un ensamble cohesionado. Magical Mind es una muestra de un proyecto que utiliza la musicalidad y la estructura para crear un mundo sonoro propio.
La geografía ya no es una barrera para la creación musical, y la colaboración entre Birdie Swann Sisters & King Black Acid es una prueba de ello. Músicos de Francia, Islandia y Estados Unidos convergen en un proyecto nacido del trabajo en bandas sonoras y cimentado a distancia. Su punto de encuentro no fue un estudio, sino un interés compartido por instrumentos análogos y texturas sonoras específicas.
El resultado de esta dinámica se materializa en canciones como Rats In The City. La pieza presenta una combinación poco habitual de rock, electrónica y matices psicodélicos que desafía una clasificación simple. Su ritmo, firme y contagioso, sirve de base para una interpretación vocal dinámica que dota al tema de un carácter particular y una energía distintiva.
Esta libertad para fusionar géneros se apoya en una vasta experiencia colectiva. Los historiales de sus miembros incluyen trabajos con M83 y AIR, y giras junto a nombres como Nirvana o Elliott Smith. La mezcla final, a cargo de Darrell Thorp, conocido por su labor con Radiohead y Beck, asegura que esta amalgama de influencias se presente con cohesión y claridad.
El proyecto de Birdie Swann Sisters & King Black Acid es un ejercicio de construcción sonora moderno. Su música, tejida a partir de pop de los 80 y R&B de los 70, es cerebral pero accesible. Rats In The City sirve como una buena introducción a un sonido que no teme ser diferente, producto de un diálogo creativo que trasciende fronteras y épocas.
Después de retratar la desafección juvenil en su debut, el grupo Pynch reorienta su brújula artística. En su segundo trabajo, la mirada deja de apuntar hacia afuera para explorar un territorio más íntimo y complejo: el propio ser. Este giro hacia lo personal se convierte en el eje de una propuesta sonora que valora la honestidad por encima del pulido técnico, presentando un sonido más ambicioso.
La producción, a cargo del propio vocalista Spencer Enock, abraza una estética lo-fi que se siente deliberada. En sus propias letras, la banda resume esta filosofía: “No sé lo que estoy haciendo, pero quizá ahí es donde está la verdad”. Esa sinceridad despojada de pretensiones es la que da forma a un universo sonoro lleno de sintetizadores new wave, distorsión y ritmos intermitentes de forma lúdica.
Un claro ejemplo de este enfoque es la canción Hanging on a Bassline. El tema construye una atmósfera con claras influencias retro, apoyada en un ritmo enérgico que bebe directamente del new wave y el punk. Más allá de su sonido inmediato, la letra encapsula el encanto irreverente del disco, buscando algo tan fundamental como comprensión y una cerveza barata en el proceso.
El trabajo de Pynch no busca respuestas definitivas a las grandes preguntas existenciales que plantea, sino que encuentra calidez en el proceso de búsqueda. Hanging on a Bassline funciona como una puerta de entrada a este sonido que es íntimo en su ejecución. Es una invitación a apreciar el valor que se puede encontrar en la imperfección honesta de la música.
La edad es a menudo un indicador engañoso en el mundo de la música, y el caso de Tom A. Smith es un claro ejemplo. Con solo 18 años, este músico de Sunderland presenta una hoja de ruta que muchos artistas consolidados tardarían décadas en construir. Su desarrollo no ha ocurrido en un estudio de grabación aislado, sino sobre las tablas de escenarios legendarios, un hecho que define su sonido de manera fundamental.
Su canción I Don’t Blame You es un testimonio de esa formación. La pieza se sustenta en una sección rítmica de notable construcción y ganchos efectivos que capturan la atención sin esfuerzo. Con influencias que beben del rock y el indie pop moderno, el tema proyecta una sensación de frescura, anclada por una presencia vocal que se abre paso con claridad y convicción en la mezcla.
Este nivel de ejecución no ha pasado desapercibido, ganándole el respeto de figuras consolidadas. Haber compartido escenario con artistas como Sam Fender y recibir el reconocimiento de Elton John no son meras anécdotas, sino validaciones de un talento en pleno desarrollo. La colaboración con el productor Larry Hibbitt también apunta a una búsqueda sonora ambiciosa y bien dirigida para su carrera.
Más que una promesa emergente, Tom A. Smith se presenta como un músico con un oficio ya definido. En I Don’t Blame You se percibe la energía de la juventud, pero también la seguridad de quien conoce el escenario. Es una propuesta musical potente y directa que merece ser escuchada para comprender cómo la experiencia, y no solo los años, moldea a un artista.
Desde Noruega, Cocktail Slippers regresan con “Back Where You Belong”, una canción que destaca por su marcado aire rockero y una estética retro imposible de ignorar. Las guitarras mantienen un pulso constante, mientras las voces femeninas se entrelazan con naturalidad sobre un ritmo que atrapa de inmediato. Con esta propuesta, la banda reafirma su capacidad de llevar la energía del garage y el punk hacia un terreno más cercano al indie actual.
Formadas por SUGAR en el bajo, ROCKET QUEEN y VEGA en las guitarras, SMASH en la batería y HOPE en la voz, las integrantes de Cocktail Slippers han consolidado un estilo propio que, aunque inspirado en Blondie, Ramones, The Cramps o Patti Smith, no se limita a reproducir fórmulas del pasado. Su sello está en la fuerza de los riffs y en la armonía que construyen al combinarse, dando forma a un sonido inmediato y reconocible.
A lo largo de su trayectoria, la agrupación ha sabido equilibrar la tradición del rock con un enfoque actual. Sus presentaciones en vivo se han convertido en un punto de referencia, gracias a la intensidad que transmiten y a una estética cuidada que forma parte de su identidad. Este mismo espíritu se refleja en “Back Where You Belong”, donde la energía se sostiene sin perder claridad ni ritmo.
En esta nueva entrega, Cocktail Slippers no buscan reinventar el género, sino mantener viva su esencia y acercarla a nuevos oídos. El resultado es un tema que combina lo inmediato con lo atemporal, uniendo la nostalgia del rock clásico con la frescura del indie contemporáneo. Con ello, el grupo reafirma que su propuesta sigue vigente y con espacio para crecer dentro de la escena internacional.
Don’t Tell John es una banda que combina la experiencia de cinco músicos de los años 90 con la frescura de su hija, Verónica, de 27 años, creando un sonido que conecta el indie rock clásico con el blues contemporáneo. Su estilo, conocido como bloodline rock & soul, fusiona la melancolía y la energía de décadas pasadas con la actitud y fuerza de la nueva generación, dando lugar a canciones llenas de personalidad y autenticidad.
Su más reciente sencillo, “Again”, refuerza esta propuesta sonora. La canción se construye sobre guitarras ácidas y un chimbal seco y sincopado, mientras el bajo aporta un groove firme que sostiene la armonía. La interpretación vocal de Verónica se destaca por su potencia y matices emotivos, pasando de susurros cercanos a notas explosivas que transmiten toda la intensidad del tema. La letra aborda experiencias universales, como la ansiedad, la reflexión personal y el proceso de superar los errores del pasado, convirtiendo la canción en un viaje introspectivo que invita a la catarsis emocional.
Con “Again”, Don’t Tell John logra equilibrar lo mejor del pasado con la innovación actual, demostrando que la combinación de experiencia y juventud puede dar lugar a un sonido sólido y versátil. La banda continúa consolidándose como una de las propuestas más interesantes del indie rock y el soul contemporáneo, con un enfoque íntimo, poderoso y lleno de matices que mantiene vivo el espíritu del rock.
Su música ya se encuentra disponible en todas las plataformas de streaming, y “Again” promete ser un punto de encuentro para quienes buscan la emoción del pasado con la energía del presente.
Rene Lopez nació rodeado de música. Hijo del músico de salsa Rene Lopez, Sr., creció entre escenarios que iban desde pequeños clubes del Bronx hasta icónicos recintos como Carnegie Hall y Radio City Music Hall, absorbiendo desde niño la energía del público y la conexión única entre músico y audiencia.
Heredero de una rica tradición de la música latina moderna, Rene ha construido una carrera marcada por la versatilidad y la fusión de géneros, transitando por funk, hip-hop, rock, jazz, EDM, pop y soul. Durante más de dos décadas, ha trabajado con artistas como Joseph Arthur, miembros de Wilco, Blind Melon, The Meters y Spin Doctors, ganándose el reconocimiento de medios como NPR, Paste, Vibe y The Washington Post.
Después de un período de tres años sin lanzar nueva música, el cantante y compositor Rene Lopez hace su esperado regreso con “Goin Back To Lovin”, un tema que combina country, rock clásico y toques de funk y folk, la canción refleja el proceso de sanación y recuperación tras un desamor, explorando cómo el amor puede hacernos perder la identidad y, al mismo tiempo, cómo es posible reconectar con uno mismo y con la vida. Con versos como “Caí por un agujero de conejo, buscando mi alma perdida”, Rene transmite sinceridad y vulnerabilidad, mientras su voz aterciopelada y los coros complementarios construyen un aura cálida y envolvente.
Musicalmente, Goin Back To Lovin destaca por su mezcla de guitarras eléctricas y acústicas, percusiones sofisticadas y arreglos melódicos que combinan folk y hard rock suavizado. Esta fusión crea un sonido bailable, optimista y cargado de carisma, convirtiendo la canción en un himno para quienes buscan recuperar su amor propio y transformar experiencias negativas en motivación y alegría.
Fake Dad ha sabido jugar con la ironía de su nombre para construir un universo propio que se mueve entre el indie rock, el dream pop y ahora también la irreverencia del punk. Formado por Andrea de Varona y Josh Ford, el dúo nació en 2020 en Nueva York y actualmente reside en Los Ángeles, llevando consigo la energía caótica de la gran ciudad y la frescura de la costa oeste.
Desde su primer encuentro en una fiesta universitaria en el East Village, Andrea y Josh han sido inseparables, compartiendo no solo una relación personal sino también una visión artística que se nutre de contrastes: la dulzura y la rabia, lo íntimo y lo explosivo, lo verdadero y lo ficticio. Esa dualidad se refleja en cada uno de sus lanzamientos, donde las guitarras crujientes conviven con sintetizadores brillantes y ganchos pop capaces de quedarse en la cabeza durante días.
En los últimos años, Fake Dad se ha obsesionado con la idea de la “pose” en el rock. Y es que, como ellos mismos señalan, algunos de los artistas más grandes construyeron personajes para poder decir verdades más profundas: PJ Harvey gritaba que era “man-sized”, Stevie Nicks encarnaba a la bruja indomable, David Bowie se convirtió en extraterrestre y LCD Soundsystem fingía ser el alma de la fiesta. Para Andrea y Josh, lo falso puede ser un camino hacia la autenticidad.
Su nuevo EP, titulado Holly Wholesome and the Slut Machine, es prueba de ello: un viaje por un mundo surrealista lleno de payasos furiosos, caballeros trágicos y demonios enmascarados que sirven como metáfora de experiencias muy reales, desde la identidad hasta la sexualidad y la dinámica de pareja en una relación “straight-passing”.
Dentro de este proyecto destaca “Invader”, un sencillo bilingüe y combativo donde Andrea toma la narrativa antiinmigrante y la revierte, señalando a los verdaderos invasores: los hombres poderosos que creen ser dueños del mundo. El tema, cargado de guitarras y un frenesí punk que recuerda a un cruce imposible entre The Prodigy y Wet Leg, convierte la rabia en celebración y resistencia.
Al final, en el universo de Fake Dad, lo falso y lo verdadero no se oponen: conviven. Y es precisamente ahí, en ese espacio intermedio, donde nace algo profundamente auténtico.
Love Ghost, la banda originaria de Los Ángeles liderada por Finnegan Bell, vuelve a reinventarse con Gas Mask Wedding, un álbum que funciona como un compendio de canciones de amor escritas desde un escenario distópico.
Este trabajo es, en esencia, un manifiesto sobre la búsqueda de intimidad en medio del caos: amar algo que puede destruirte y sobrevivir al acto. Cada canción abre un universo propio, pero todas comparten el pulso emocional y la crudeza poética que han convertido a Love Ghost en una propuesta única dentro del panorama alternativo.
El disco se mueve con naturalidad entre géneros: desde la balada desnuda al piano Car Crash, hasta el pop-punk contagioso de Left on Read junto a Wiplash; del trap oscuro de Scar Tissue a los tintes noventeros de Falling Down. Colaboraciones con artistas como Zach Goode (Smash Mouth), The Skinner Brothers, Reverie, Demario SB y productores como Mike Summers (Kendrick Lamar, Lil Wayne) refuerzan el carácter global de la obra.
El Track x Track de Gas Mask Wedding
1. Car Crash Un inicio devastador y delicado. Car Crash se sostiene únicamente en un piano melancólico y la voz dulce de Finnegan Bell, construyendo un paisaje sonoro frágil y confesional. La canción compara una relación con un accidente repentino: violento, inesperado, y al mismo tiempo cargado de belleza en medio del caos. Cada acorde es un eco de silencio y arrepentimiento, una catarsis íntima que desnuda el costado más vulnerable de Love Ghost.
2. Scrapbook Esta colaboración con The Skinner Brothers funciona como un recorrido por los recuerdos más intensos de los últimos años: amores que se fueron, logros efímeros, caídas dolorosas y comienzos esperanzadores. Musicalmente Scrapbook nos lleva de regreso al Punk Rock adolescente de los dos mil, mezclando guitarras cargadas de energía con un espíritu casi confesional, como si cada verso fuera una fotografía pegada en un cuaderno. La metáfora del “scrapbook” convierte la memoria en un artefacto emocional, mostrando cómo las experiencias se quedan adheridas al alma.
3. FUCKED UP FEELINGS Oscura, sensual y desconcertante, esta canción lleva a Love Ghost a terrenos poco habituales, fusionando R&B con grunge y un aura lofi sin dejar el sonido caracteristico del artista. Con referencias que evocan tanto a Prince como a Lil Peep y Joji, el tema se convierte en un retrato sonoro de la confusión emocional: deseo mezclado con incertidumbre, placer contaminado por el dolor. Es un viaje por emociones enredadas, donde la melodía hipnótica y el ritmo pesado reflejan la turbulencia de un momento vital, el tema por su mezcla de sonidos se hace particular dentro del albúm y de la discografia de Love Ghost.
4. Left on Read Regresando a terrenos mas conocidos, la rabia de ser ignorado encuentra su himno en Left on Read, un tema pop-punk explosivo en colaboración con Wiplash. Con la producción de Mike Summers (Kendrick Lamar, Lil Wayne), la canción vibra con guitarras frenéticas y un estribillo coreable, recordando a referentes como Green Day o All Time Low. La letra captura esa mezcla de frustración y orgullo herido que se siente al ser “dejado en visto”, convirtiéndola en un desahogo juvenil que se grita con rabia y humor ácido.
5. Hair Dye Más que una canción, es un pequeño retrato personal en forma de skit. Aquí, Finnegan Bell abre una ventana a su vida amorosa con un tono íntimo y confesional. Aunque breve, su inclusión aporta un respiro narrativo al disco, funcionando como un puente que conecta la vulnerabilidad del artista con la crudeza del relato general.
6. Scar Tissue Uno de los cortes más intensos del álbum, Scar Tissue se adentra en la oscuridad del trap para hablar de las cicatrices emocionales y los ecos del trauma. Con beats densos y atmósferas inquietantes, la canción transmite la sensación de estar atrapado en una mente que no se calla. Es una representación musical del ruido interno, donde cada verso se convierte en un grito silencioso contra los demonios que acompañan a la memoria. Desde el inicio del track se siente la densidad de guitarras oscuras que se ven entralzadas con todo el sonido del trap americano.
7. Sandcastles Colaborar con Zach Goode de Smash Mouth le da a Sandcastles un aire fresco y nostálgico a la septima canción del disco, capturando la belleza fugaz de la juventud y los sueños, comparándolos con castillos de arena que inevitablemente serán borrados por las olas. Con un sonido con la energía del pop-punk y un toque soleado californiano, se convierte en un himno que vibra entre lo alegre y lo melancólico, combinando dos colores de voces completamente distintas.
8. Hallucinations En este tema, junto a Reverie, Love Ghost combina guitarras hipnóticas y un bajo groovy con una vibra soñadora que recuerda tanto a Sublime como al experimentalismo de Jean Dawson. Hallucinations transporta al oyente a un estado onírico, un atardecer eterno donde la línea entre fantasía y realidad se difumina. Es una canción que celebra el escapismo juvenil y la libertad de perderse en sensaciones irreales, con un sonido fusion entre el trap y guitarras distorsionadas.
9. Angelic Minimalista pero devastadora, Angelic es una balada alt-rock que navega entre la dulzura y la desolación. Su sonido, inspirado en la intimidad de XXXTentacion y la sensibilidad de Smashing Pumpkins, transmite la fragilidad del amor no correspondido. La voz de Finnegan se convierte aquí en un lamento, una plegaria que flota sobre acordes acusticos delicados, evocando la herida de amar sin reciprocidad.
10. Worth It La tercera colaboración con The Skinner Brothers entrega una canción llena de rock alternativo visceral y desgarrador. Con guitarras melancolicas, Worth It se sumerge en la eterna pregunta de la autovalía: ¿soy suficiente? La letra corta como un cuchillo, mientras la música asciende hacia un clímax donde explota la distorsión en las guitarra mientras nos invitan a confrontar el espejo y enfrentar los miedos más profundos,
11. Spirit Box Inspirada en los dispositivos que sirven como canal con el más allá, Spirit Box es un tema cargado de misterio y espiritualidad. Con un sonido a piano y voz, la canción se siente como una conversación entre vivos y muertos, como si las palabras fueran transmitidas desde un lugar intangible. Es uno de los momentos más etéreos del disco, donde Love Ghost se permite experimentar con lo metafísico y lo fantasmagórico mientras juega con tintes de trap y rock.
12. A Message from Finn En este interludio, Finnegan toma la palabra directamente para hablar sobre el largo y desafiante camino que llevó a la creación de Gas Mask Wedding. Más que un simple mensaje, es un gesto de cercanía, un recordatorio de que detrás de cada canción hay un viaje de años, cicatrices reales y la voluntad de compartirlas.
13. Falling Down Una pieza de alt-rock noventero con tintes melódicos, Falling Down es un retrato de la caída emocional tras un amor perdido. Su sonido nostálgico encapsula la sensación de derrumbarse mientras el mundo sigue en movimiento.
14. Heartbreak City Junto a Demario SB y Matt Kali, Heartbreak City pinta el retrato de una urbe en la que el amor parece haber muerto. Fusionando rap y rock alternativo, el tema ofrece una visión oscura y distópica del desamor en tiempos modernos. Su atmósfera es asfixiante y urbana, como recorrer calles iluminadas por neón donde la soledad es la única compañía.
15. Soviet Ghost Con producción de Seth Bishop, Soviet Ghost narra la historia de un soldado olvidado, condenado a vagar entre las ruinas de un imperio caído. Musicalmente oscura y reverberante, la canción evoca la paranoia de la Guerra Fría y los fantasmas que deja la historia. Es un viaje sonoro entre lo bélico, lo político y lo espiritual, jugando mas del lado R&B y trap de Love Ghost.
16. The Masochist Cerrando el albúm “The Masoclist” funciona como una confesión sobre el deseo de abrazar el dolor. La canción convierte la vulnerabilidad en un acto de poder, con un sonido minismalista y oscuro que deja al oyente con una mezcla de inquietud entre estas confesiones y la dulzura del e-piano. Es la culminación de un disco donde el amor, el trauma y la destrucción se entrelazan en un fundido al final del camino.
Love Ghost no rehúye temas como el trauma, la salud mental o la vulnerabilidad, y los convierte en un estallido creativo que dialoga con el presente sin olvidar las heridas del pasado.
Con una trayectoria que ya incluye giras por México, Europa, Japón y presentaciones en festivales como Rockpalast en Alemania, Love Ghost ha encontrado en Latinoamérica un segundo hogar creativo. Colaboraciones con artistas como Adán Cruz, Santa RM o Dan Garcia han consolidado su vínculo con la escena mexicana. Para la banda, este álbum es una invitación a compartir cicatrices, emociones extremas y la posibilidad de hallar belleza incluso en medio del colapso.