Dream Pop

Desastre: la joya melancólica con la que Aloh redefine el amor

Desastre: la joya melancólica con la que Aloh redefine el amor

Desde México, la joven cantante y compositora Aloh nos presenta su más reciente sencillo, “Desastre”, con una muestra de su talento vocal y sensibilidad artística. Con una producción que mezcla sintetizadores etéreos, efectos espaciales y una base rítmica contagiosa, “Desastre” explora las contradicciones del amor: ese sentimiento tan deseado que, a veces, se convierte en un vínculo doloroso y complicado. La letra, íntima y honesta, retrata la frustración de enamorarse de alguien con quien no se logra una conexión armoniosa, mientras que la interpretación vocal de Aloh, llena de matices y emoción, transforma esa angustia en belleza sonora.



Aloh comenzó su camino en la música a muy temprana edad, tomando clases de canto desde los 4 años. Esa dedicación se nota en cada una de sus interpretaciones, donde su voz brilla con una mezcla única de dulzura, poder y melancolía. Su estilo fusiona el pop con elementos electrónicos y atmósferas cinematográficas, logrando un sonido moderno pero emocionalmente cargado, que la distingue dentro de la escena emergente.

“Desastre” es una canción para bailar y cantar con el corazón roto, recordandonos que el pop puede ser profundo, catártico y tremendamente humano. Si aún no la conoces, este es el momento perfecto para sumergirte en el universo de Aloh, una voz que promete ser protagonista del nuevo pop latino.


Vampiros y guitarras: el peculiar universo de “Twos” de The Noisy

Vampiros y guitarras: el peculiar universo de “Twos” de The Noisy

Desde el corazón alternativo de Filadelfia, The Noisy presenta Twos, una pieza que no pide permiso para combinar guitarras tranquilas con sintetizadores brillantes y una estética sacada de un cine mudo empapado en sombra queer. El ritmo relajado de la canción no impide que se sienta cargada de intención, como si cada acorde fuera parte de un plan más grande: seducir al oyente sin levantar la voz. Y en el fondo, ahí está esa guitarra eléctrica clásica, siguiéndole el paso a la voz como si no quisiera separarse de ella.

El videoclip que acompaña a Twos, dirigido por Sam Cush, es un espectáculo aparte. Drag, maquillaje vampírico y efectos prácticos crean una atmósfera de cabaret gótico, con Miss Thing como protagonista de una especie de película de medianoche que mezcla el glamour con la sátira visual. Hay algo de Buffy, algo de Grey Gardens, y una pizca de baile escolar que no termina bien. El resultado no pretende complacer a todos: simplemente existe, como una declaración escénica de exceso y teatralidad.



Detrás de la propuesta está Sara Mae Henke, poeta de Knoxville y mente que dio vida al proyecto The Noisy antes de que se convirtiera en banda. Lo que empezó como una idea solitaria ahora es colectivo queer con un sonido definido por contrastes: teclas que brillan y guitarras que arrastran. En 2023, su álbum debut The Secret Ingredient is More Meat fue financiado por su comunidad mediante ventas, rifas y conciertos; una forma directa y transparente de construir algo desde cero.

Ahora, con el respaldo del sello Audio Antihero, anuncian una edición especial de su debut: The Secret Ingredient is Even More Meat, donde Twos sirve como adelanto. Más que un sencillo, es un recordatorio de que el pop también puede ser silencioso, extraño y lleno de maquillaje. Que una canción puede caminar lento y aún así dejar huella. Que lo queer, lo camp y lo introspectivo no son opuestos, sino ingredientes en la misma receta.


Explorando lo melódico: “Chinatown” de Adam Mah

Explorando lo melódico: “Chinatown” de Adam Mah

En medio del vaivén de la escena indie canadiense, Adam Mah lanza una propuesta que no busca brillar con estridencia, sino envolver en una niebla emocional con la suavidad de su nuevo sencillo: Chinatown. Desde Vancouver, Mah ha ido trazando un recorrido donde la nostalgia se convierte en lenguaje, y esta canción parece ser una extensión natural de esa búsqueda. No se trata de un golpe directo al corazón, sino de un eco persistente que resuena entre sintetizadores húmedos y una voz que, sin alardes, se acomoda al oído como quien susurra en una madrugada insomne.

Chinatown bebe de las atmósferas del dream pop y las estructuras melódicas del indie rock, pero evita caer en clichés sonoros. Aquí no hay urgencia ni coros grandilocuentes: hay una cadencia adormecida, perfectamente alineada con el espíritu contemplativo que Adam Mah ha venido cultivando desde su EP No More Late Nights. En esta entrega, la textura lo es todo; el pulso del bajo apenas sobresale, pero mantiene a flote una pieza que parece deslizarse más que avanzar.



La sensibilidad del artista se ha ido moldeando con el tiempo. Su álbum Year of the Dog ya anticipaba una narrativa guiada por los vínculos rotos, las imágenes digitales y los rastros de una era marcada por el deseo de revivir el pasado. En ese contexto, Chinatown funciona como una postal borrosa: no busca explicar, sino evocar. El título, lejos de invitar a un retrato literal, opera más como metáfora de esos espacios internos en los que uno se pierde y se reconoce al mismo tiempo.

Lejos del protagonismo escénico, Adam Mah ha encontrado su terreno en la introspección musical, compartiendo escenario con bandas como The Rubens y Hotel Mira, y participando en festivales tanto en Canadá como en Japón. En esta etapa, su capacidad como compositor —reconocida ya en el cine y el teatro— se manifiesta en pequeños detalles: un efecto de reverberación, una palabra apenas cantada, una atmósfera que no pretende impresionar. Chinatown es eso: una invitación a quedarse quieto por unos minutos, y escuchar.


Poppy Freeley y la suavidad melancólica de “Old Days”

Poppy Freeley y la suavidad melancólica de “Old Days”

A sus 18 años, Poppy Freeley debuta con “Old Days”, una canción que no necesita levantar la voz para llamar la atención. Desde West Yorkshire, esta joven artista nos presenta un tema con tintes dream pop e indie pop, construido sobre un ritmo lento y una atmósfera que se despliega con delicadeza. La producción, sin excesos, permite que la melodía respire y tome forma de forma orgánica.

La voz de Poppy es suave, casi etérea, pero mantiene un tono definido que guía la canción sin forzarla. Hay una fragilidad aparente que, lejos de debilitar el tema, lo hace más cercano. Esa sensación de nostalgia no se impone, sino que aparece de a poco, como si uno recordara algo sin haberlo vivido del todo.



“Old Days” funciona como una suerte de diario íntimo, donde la sencillez se convierte en recurso narrativo. Lejos de buscar el impacto inmediato, la canción invita a una escucha atenta, donde cada nota parece tener un propósito emocional. No hay dramatismo, solo una evocación sincera de tiempos pasados, reales o imaginarios.

Este primer paso discográfico de Poppy Freeley parece más una carta escrita con calma que una presentación ruidosa. El resultado es una canción que no pretende más de lo que es, y en esa honestidad encuentra su mayor fortaleza. Para quienes buscan sonidos suaves que se mantengan flotando un poco después de haber terminado, “Old Days” ofrece justo eso.


Glass Spells: Magia Sintética que Encanta al Corazón Latino

Glass Spells: Magia Sintética que Encanta al Corazón Latino

Desde San Diego, California, Glass Spells llega como un dúo que mezcla el synth-pop moderno con una atmósfera nostálgica ochentera y toques de dreamwave. Compuesto por Anthony Ramirez, quien se encarga de la instrumentación y producción, y Tania Costello, la voz potente y emotiva que define el sonido del grupo, Glass Spells ha sabido crear una propuesta musical envolvente, melódica y llena de energía.



Una muestra de su estilo es su reinterpretación del clásico latino “Nunca Es Suficiente”, originalmente popularizado por Natalia Lafourcade. Lejos de hacer un cover, Glass Spells logra transformar la canción en una experiencia nocturna y visceral. Los sintetizadores de Anthony aportan una nueva textura, enfatizando la melodía natural y elevando la sensación onírica del tema. La voz etérea y melancólica de Tania flota sobre la base electrónica, logrando un equilibrio entre la belleza original y un aura oscura propia del dark-wave.

Glass Spells rinde homenaje a la música latina, sino que la reimagina a través de su propia óptica electrónica y contemporánea. Este enfoque ha sido reconocido en escenarios importantes, con presentaciones en festivales como Cruel World, SXSW y Darker Waves Festival, donde han demostrado que su sonido es mucho más que nostalgia: es una propuesta sólida y vibrante tanto en vivo como en estudio.


Entre sombras y calidez: así suena “Supermoon”

Entre sombras y calidez: así suena “Supermoon”

Con una trayectoria que ha cruzado escenarios tan diversos como el Carnegie Hall en Nueva York y festivales en Europa del Este, Whitney Lyman ha construido una carrera marcada por la exploración sonora y una voz que desafía lo convencional. Desde su rincón en el Pacífico Noroeste, ha sabido ser parte esencial de la escena musical de Seattle, moviéndose entre el indie pop, el rock y la experimentación instrumental con soltura y decisión.

Su nuevo lanzamiento, “Supermoon”, continúa ese camino, pero desde una orilla más introspectiva. La canción se desliza sobre un ritmo tranquilo y bien contenido, con una producción que abraza un rock suave pero cargado de una atmósfera ligeramente oscura. En lugar de optar por la efusividad, Lyman se sumerge en una ambientación contenida, que deja espacio para el detalle y la pausa, sin perder conexión emocional.



La voz de Whitney Lyman, siempre presente pero nunca avasallante, funciona como un ancla emocional en medio de esta bruma melódica. Hay una calidez escondida en su interpretación, como si la oscuridad que propone “Supermoon” no fuera del todo fría, sino más bien un refugio momentáneo. Esa ambivalencia entre sombra y abrigo es quizá el mayor acierto de esta entrega, que logra sugerir más de lo que afirma.

Respaldada por marcas como Gibson y Mackie, y con un historial de colaboraciones que incluye a ODESZA y la Seattle Rock Orchestra, Whitney Lyman continúa trazando un camino propio, sin estridencias ni fórmulas repetidas. “Supermoon” no busca impresionar desde lo obvio, sino generar un espacio sonoro donde el oyente pueda habitar con calma, entre lo etéreo y lo íntimo.


TUUDI y su vuelo entre tormentas con “Fallen Angel”

TUUDI y su vuelo entre tormentas con “Fallen Angel”

La artista londinense Scarlett Ash-Ingley, conocida como TUUDI, presenta su nuevo sencillo “Fallen Angel”, un tema que combina la delicadeza del alt-pop con una producción electrónica atmosférica y envolvente. Con una narrativa íntima y una atmósfera etérea, la canción explora la dualidad entre la fragilidad y la fuerza interior.

“Fallen Angel” nace de una experiencia personal de TUUDI: tras caerse de su bicicleta durante un viaje, grabó el sonido del neumático roto golpeando el cuadro, un loop sonoro que se convirtió en el corazón rítmico y emocional de la canción. Esa sensación de deslizarse a través de una tormenta se convierte en una metáfora potente para enfrentar momentos difíciles y recuperar el poder propio.



Musicalmente, la canción se sostiene sobre un arreglo que mezcla cuerdas dramáticas con una producción minimalista, dejando espacio para que la voz de TUUDI despliegue sus pasajes vocales intensos y llenos de emotividad. La letra es poética y cargada de imágenes que invitan al oyente a sumergirse en una historia de lucha y superación personal.

Originaria de Bedfordshire, TUUDI comenzó su camino musical escribiendo canciones en un piano desafinado desde los 12 años, y con el tiempo ha evolucionado hacia un estilo que combina elementos retros y futuristas en la electrónica pop. “Fallen Angel” representa un paso más en su trayectoria, consolidándola como una voz única dentro del panorama alternativo actual.


Coral Grief: Tesoros Sonoros Entre Mareas de Dream Pop

Coral Grief: Tesoros Sonoros Entre Mareas de Dream Pop

Desde las profundidades nubladas del noroeste de Estados Unidos emerge Coral Grief, este trío de Seattle, compuesto por Lena Farr Morrissey, Sam Fason y Cam Hancock, ha comenzado a marcar un camino distintivo dentro del dream pop contemporáneo, combinando texturas oníricas con un enfoque experimental.

Tras debutar en 2020 con un EP homónimo grabado en casa durante los primeros meses de la pandemia y publicado por el sello Den Tapes, Coral Grief regresa en 2025 con su primer álbum de larga duración: Air Between Us, que verá la luz el 18 de julio. El disco será lanzado a través de tres sellos independientes que representan distintos formatos: Suicide Squeeze Records (digital), Anxiety Blanket Records (vinilo) y Den Tapes (casete).



El primer adelanto del álbum es “Rockhounds”, una canción que encarna la esencia de Coral Grief: una base rítmica motórica de inspiración krautrock, guitarras reverberantes, sintetizadores brumosos y una voz etérea que flota con honestidad y delicadeza. La letra, escrita por Morrissey, utiliza metáforas marinas para hablar sobre la incertidumbre y la búsqueda de propósito en los años veinte. “No me rendiré aunque no haya nada que encontrar, seguimos buscando”, canta en el estribillo, con una mezcla de vulnerabilidad y determinación.

Según la propia Lena, la canción es un homenaje al acto de buscar pequeños tesoros en la playa, incluso cuando no se encuentra nada tangible, valorando el proceso por encima del resultado. Esta filosofía se refleja también en el videoclip dirigido por Nick Shively, que alterna imágenes de un día soleado junto al mar con escenas psicodélicas sobre un escenario caleidoscópico.

Coral Grief se posiciona así como una de las bandas más interesantes de la nueva generación de artistas que están reinterpretando el dream pop con una sensibilidad fresca y sincera. Con Air Between Us, Coral Grief promete consolidarse como una voz imprescindible dentro del indie alternativo de la costa oeste.


Babe Club: El renacer emocional del pop sintético desde Charleston

Babe Club: El renacer emocional del pop sintético desde Charleston

Desde Charleston, Carolina del Sur, Babe Club emerge como una propuesta de synth-pop alternativo actual. Formado por Jenna Desmond y Corey Campbell, el proyecto nació tras años de gira con la banda de americana Susto, donde compartieron escenarios de gran escala y festivales por todo el país. Pero entre guitarras folk y carreteras interminables, Desmond y Campbell comenzaron a moldear un sonido propio: más introspectivo, más melancólico, más ellos.

En 2018 decidieron dejar Susto y lanzarse por completo en su visión creativa. Así nació Babe Club. En sus inicios, el dúo apostaba por un enfoque más rockero, un reflejo directo de su experiencia en vivo. Su primer EP, Remember This Feeling (2020), producido por Dan Gleason (Grouplove) y mezclado por TJ Elias (Manchester Orchestra), rebosa de guitarras distorsionadas y percusión afilada, y marca un punto de partida cargado de urgencia y energía juvenil.

Sin embargo, la evolución no tardó en llegar. Hoy, como cuarteto con la incorporación de MEG HA (teclados) y Julius DeAngelis (batería), Babe Club ha transformado su sonido hacia una atmósfera más íntima, con sintetizadores suaves, letras confesionales y una atención especial a la voz profunda y emocional de Desmond.



Su más reciente sencillo, “Ruin My Life”, lleva la vulnerabilidad a otro nivel. Compuesta tras la ruptura entre Desmond y Campbell, la canción es una carta abierta al dolor y al renacimiento. “Escribí esta canción sobre sentirme feliz y triste al mismo tiempo. Fue aterrador ver cómo todo se derrumbaba, pero también era necesario para empezar de nuevo”, confiesa Jenna.

Con una identidad que combina el pop melancólico con una estética visual atrevida y cinematográfica, Babe Club está entrando en una nueva etapa más madura, honesta y poderosa. Y aunque hayan surgido desde las cenizas de una ruptura, su música demuestra que a veces, romperlo todo es la única forma de crear algo verdaderamente auténtico.


Laila Smith: Cuando la música se convierte en ritual digital

Laila Smith: Cuando la música se convierte en ritual digital

Con una voz que parece emerger desde el centro de una herida abierta, Laila Smith habita ese espacio borroso donde lo íntimo se vuelve colectivo, lo nostálgico se vuelve inquietante, y lo vulnerable se vuelve radical. Laila comenzó su trayectoria como cantante de jazz a los seis años, presentándose en festivales locales de su ciudad natal. Desde entonces, ha recorrido escenarios de prestigio como el Kennedy Center, el Blue Note de Tokio y el Festival de Jazz de Monterey. Sin embargo, tras años como intérprete precoz, su voz —literal y artística— ha mutado. Hoy, se aleja del virtuosismo clásico del jazz para adentrarse en terrenos mucho más oscuros, crudos y personales: lo que ella llama haunted Americana.

Su más reciente sencillo, “Diorama”, es una muestra de esa transformación. Con una instrumentación delicada, marcada por guitarras acústicas, violines y una producción cálida en cinta, la canción parece suave a primera escucha. Pero bajo esa superficie melódica se esconden versos demoledores como “Y si no puedo ser tu favorita, aprenderé a ser menos importante”. La pieza es una reflexión sobre relaciones unilaterales, deseo y la autoaniquilación emocional, inspirada por un periodo de crisis personal durante el colapso de su matrimonio.



Para acompañar el lanzamiento de “Diorama”, ha creado un entorno digital interactivo inspirado en el diorama físico que aparece en la portada del álbum. En esta experiencia inmersiva, los fans pueden manipular una versión en miniatura de la artista y explorar habitaciones cargadas de objetos simbólicos de su vida personal. Desde una boca de incendios que desborda recuerdos de la infancia, hasta un archivo con fallos que clasifica traumas imposibles, cada elemento es una pieza del rompecabezas de su psique.

Inspirado en la estética de los videojuegos FMV de los años 90 y el arte de internet anterior a las plataformas, el proyecto no solo expande su universo artístico: lo convierte en un ritual interactivo. Laila explica que su intención es reclamar el espacio digital como algo sagrado y extraño, alejándose de su actual lógica de consumo.

Diorama” es el segundo adelanto de su próximo EP conceptual, Something Dreadful’s Going To Happen, en el que cada canción representa una fase diferente del duelo. Más allá del tema del trauma sexual o las relaciones fallidas, la obra explora cómo el cuerpo recuerda, cómo el deseo se transforma en obsesión, y cómo la nostalgia puede ser tan corrosiva como sanadora.