Rafael Méndez

Un regreso con sabor a felicidad: “Four Flavors” de LY@TT

Un regreso con sabor a felicidad: “Four Flavors” de LY@TT

Treinta y cuatro años después de su último acorde, los miembros originales de Last Year at This Time decidieron reencontrarse bajo un nuevo nombre: LY@TT. Esta abreviatura, que pronuncian como “Late”, representa una vuelta a los escenarios y al estudio, pero también una mirada optimista hacia lo que aún pueden crear juntos. Rick Skinner, Paul D.P. Johnson, D.C. Williams y Ed Booth resucitan su vieja química desde Virginia, esta vez con una nueva energía y sin la prisa de la juventud.

Su más reciente lanzamiento, Four Flavors, es una canción que se siente como una tarde soleada con amigos. El tema abraza un tono pop/rock amigable, con un ritmo que fluye con naturalidad y letras que retratan el amor desde un enfoque ligero, sin drama. El ambiente feliz que proyectan no parece forzado, sino el resultado genuino de una banda que disfruta el presente sin renegar del pasado.



Lo interesante es cómo LY@TT evita sonar nostálgico. A pesar de su historia y los años transcurridos, Four Flavors no busca replicar lo que fueron, sino mostrar quiénes son hoy. El resultado es una canción fresca, sin pretensiones, que deja espacio para sonreír, mover los pies y quizá pensar en aquella persona que nos hace sentir como uno de esos sabores.

Más allá del sonido, este proyecto también es un testimonio de reencuentro, de cómo el tiempo puede separar y luego reunir cuando la motivación es el placer de crear. LY@TT no busca reconocimiento masivo, sólo divertirse mientras comparten su música. Y en ese proceso, canciones como Four Flavors encuentran su lugar.


Wet Future y la nostalgia de Hometown

Wet Future y la nostalgia de Hometown

En medio del ruido constante del alt-rock contemporáneo, Wet Future irrumpe con una propuesta que, sin buscar reinventar el género, consigue hacerlo sentir personal. Su canción Hometown encapsula esa sensación de regresar a un lugar que ya no se siente propio, combinando una estética melancólica con un ritmo que avanza sin prisa, pero con firmeza. La voz del vocalista, de timbre tenor, flota entre la guitarra y el eco suave de una sonaja que se introduce poco a poco, marcando el pulso emocional del tema.

La banda, originaria de la costa oeste de Canadá, ha sabido atraer oídos más allá de sus fronteras. Aunque Wet Future comparte espíritu con las bandas de blues de Brooklyn o la escena punk de Los Ángeles, su música parece salir más de experiencias internas que de una referencia geográfica. En Hometown, el grupo se aleja un poco de su costado más agresivo para explorar una vulnerabilidad que suena más íntima que desgarradora.



El EP Stay wet, donde se incluye esta canción, funciona como un recorrido emocional de principio a fin. Allí, Hometown no solo actúa como una pausa reflexiva, sino como un espejo. La producción es sobria pero intencional: cada elemento instrumental aparece cuando debe, sin adornos innecesarios, dejando espacio a la letra y al tono nostálgico para que respiren.

Wet Future parece no tener prisa por encajar en ninguna categoría cerrada. Su viaje artístico se siente más como una búsqueda que como una declaración. Con Hometown, entregan una pieza que no necesita alzar la voz para decir lo que duele. Su apuesta no está en el impacto inmediato, sino en ese eco que deja algo cuando la canción termina.


Cortar la cuerda: un eco entre ruinas y renacimiento

Cortar la cuerda: un eco entre ruinas y renacimiento

Cuando heddlu presenta su canción Cut The Rope, no lo hace desde la euforia de una escena emergente, sino desde las profundidades de una historia personal marcada por el colapso y la reconstrucción. El proyecto liderado por Rhodri Daniel —ex integrante de Estrons— nace tras un duro diagnóstico de pérdida auditiva y una pausa obligada que llevó al artista a componer en su mente mientras caminaba los 900 kilómetros del litoral galés. La canción no es solo un tema más dentro del indie/rock, es un fragmento de esa travesía interior.

Cut The Rope arranca con un tempo contenido, casi reservado, que da espacio a una voz filtrada por distorsión, como si se escuchara desde otra habitación, o desde otra vida. Ese efecto de eco o doble voz no parece accidental, sino reflejo del aislamiento sonoro que Rhodri vivió tras sus años de gira. La canción acelera conforme avanza, como si estuviera empujada por una necesidad interna de avanzar, de soltar, de cortar la cuerda que ata al pasado.



El nombre heddlu, que significa “policía” en galés pero proviene de las palabras “fuerza de paz”, resuena en la contradicción emocional que se escucha en la música. Hay un conflicto latente entre la suavidad melancólica y la urgencia eléctrica del ritmo. El resultado es un tema que no busca complacer, sino compartir un estado, un momento exacto de transición, ese punto donde todo puede ir hacia atrás o hacia adelante.

La historia de Rhodri —marcada por la enfermedad, la familia, la distancia y el duelo— se filtra en cada parte de Cut The Rope, aun si la letra no lo dice todo explícitamente. Como anticipo de su segundo álbum Tramor, la canción no se siente como una declaración, sino como una advertencia suave y distorsionada: cortar también puede ser una forma de continuar.


Moon Panda suaviza la incertidumbre con “Butterknife”

Moon Panda suaviza la incertidumbre con “Butterknife”

En medio de guitarras etéreas y una atmósfera que parece suspendida en el tiempo, Moon Panda lanza “Butterknife”, una canción que no intenta resolver los conflictos de pareja, pero sí acompañarlos. El tema es una especie de caricia sónica dirigida a esos momentos inseguros dentro de una relación, cuando las preguntas pesan más que las respuestas. No hay promesas grandilocuentes, solo una reafirmación sutil: el amor sigue ahí.

Formado por la compositora californiana Maddy Myers y el guitarrista danés Gustav Moltke, Moon Panda ha construido su identidad musical sobre la delgada línea entre lo personal y lo artístico. En “Butterknife”, esa conexión vuelve a ser el punto de partida. Aunque la canción no menciona directamente su historia, se percibe una intimidad compartida que difícilmente podría fingirse. La honestidad, sin necesidad de gritarla, está presente en cada acorde.



El sonido dream pop de Moon Panda funciona aquí como un refugio emocional. Los bajos suaves y las guitarras difusas no buscan impactar de inmediato, sino envolver lentamente. Es música que no corre, que se toma su tiempo, como una conversación nocturna que evita dramatizar lo obvio. La voz de Myers se desliza sin urgencia, acompañando con delicadeza las inseguridades que cualquier relación puede atravesar.

Con Butterknife, Moon Panda sigue explorando los cruces entre lo cotidiano y lo introspectivo. No hay giros narrativos ni finales felices, solo una escena repetida: la duda, la calma, el cariño que se reafirma con gestos pequeños. Para quienes buscan un respiro dentro del caos diario, puede que esta canción no les diga qué hacer, pero al menos les hará sentir que no están solos.


Alley Eyes desacelera sin perder ritmo con “high plains grifter”

Alley Eyes desacelera sin perder ritmo con “high plains grifter”

Desde las entrañas del rock de garaje moderno, Alley Eyes nos entrega high plains grifter, una canción que no intenta ocultar sus costuras. Con un rasgueo de guitarra que recuerda más a una balada que a un himno, el tema encuentra su peso en lo que deja fuera: silencios medidos, una batería que marca el paso sin apuro y una voz tenor que suena más a confesión que a espectáculo.

Formados en 2022 en Milwaukee, Alley Eyes se mueve con comodidad entre referencias del indie sleaze y el revival alternativo de principios de los 2000. En high plains grifter bajan la velocidad y se permiten jugar con el espacio, dejando que la instrumentación respire. La tensión no viene del volumen, sino de la espera. Cada golpe de tambor parece estar ahí para sostener una historia a medio decir.



Lo más interesante del tema es su capacidad para sugerir sin detallar. El ambiente cinematográfico que suele acompañar al cuarteto aparece aquí sin adornos, como una escena de carretera en cámara lenta. La guitarra, por momentos solitaria, se convierte en el hilo que mantiene todo unido, mientras la voz narra sin urgencia, con una calma que no siempre consuela.

high plains grifter es una muestra más de cómo Alley Eyes aprovecha el margen, el borde, lo que se queda a medias. Lejos de querer encajar en una sola etiqueta, el grupo encuentra en la ambigüedad su mayor fortaleza. Y si algo queda claro después de escuchar el tema, es que no necesitan levantar la voz para hacerse notar.


ALÍSI debuta entre fronteras emocionales y sonidos digitales con “TRACE UR OUTLINE”

ALÍSI debuta entre fronteras emocionales y sonidos digitales con “TRACE UR OUTLINE”

Con una identidad marcada por el movimiento entre Londres, Portugal y Brasil, ALÍSI presenta TRACE UR OUTLINE, su primer sencillo del próximo doble EP en colaboración con el productor Blake Bigfoot. La canción abre un espacio íntimo en medio del pop contemporáneo, guiada por una voz femenina que se desliza entre capas suaves de sintetizadores y una producción que deja respirar a cada palabra.

TRACE UR OUTLINE parece construida desde la distancia, no solo geográfica sino emocional, como si intentara trazar una figura en la niebla. La colaboración con Blake Bigfoot, conocido por trabajar con proyectos como Porsh Bet$ y Brent de la Cruz, aporta una base sólida pero contenida, dejando que la atmósfera sea tan importante como la melodía.



Este sencillo marca un giro interesante dentro del universo que ALÍSI está creando. La artista apuesta por una mezcla de lo introspectivo con lo experimental, y aunque TRACE UR OUTLINE se mantiene dentro de los márgenes del pop, se permite ciertos desvíos que la hacen distinta. Es una carta de presentación que no grita, pero que deja claro que hay mucho más detrás de la superficie.

Con su EP en camino y colaboraciones que cruzan continentes, ALÍSI se posiciona como una voz emergente con sensibilidad global. TRACE UR OUTLINE no pretende ser una afirmación definitiva, sino una invitación a seguir su contorno: difuso, cambiante y lleno de matices. Un buen punto de partida para quienes buscan pop con un pulso más íntimo.

FLEECE propone moverse y pensar con “How Far Would You Go”

FLEECE propone moverse y pensar con “How Far Would You Go”

Entre sintetizadores brillantes y un ritmo que invita al cuerpo a soltarse, FLEECE lanza How Far Would You Go, una canción que mezcla el pop con toques disco sin perder su tono reflexivo. El tema no sólo busca encender la pista de baile, también plantea preguntas que se sienten personales, casi íntimas, como si el ritmo fuera apenas una excusa para explorar lo que se esconde bajo la superficie.

Formada en 2013, la banda canadiense ha recorrido un largo camino desde su viral parodia a Alt-J. Su sonido ha madurado sin abandonar el juego ni la experimentación. En How Far Would You Go, esa evolución se nota: hay una energía fresca, pero también una pausa ocasional que permite respirar, mirar alrededor y preguntarse hacia dónde estamos yendo con todo esto.



El track, producido junto a Gus van Go, encuentra un punto medio entre lo bailable y lo vulnerable. No todo es brillo: en medio del groove aparecen momentos de duda, como si la misma canción dudara un poco de su impulso. Pero eso no la frena. Al contrario, refuerza su identidad como una pieza que no tiene miedo de ser contradictoria, moviéndose entre la euforia del amor nuevo y el vértigo que lo acompaña.

FLEECE no pretende dar respuestas fáciles. Con How Far Would You Go, la banda simplemente abre el espacio para que cada quien se mueva —literal o emocionalmente— a su propio ritmo. Entre luces de neón y versos cargados de honestidad, su propuesta sigue siendo clara: hacer música que conecte, sin filtros, sin escudos.


Luca Vasta y el pop que huele a verano: así suena “Disco Mare”

Luca Vasta y el pop que huele a verano: así suena “Disco Mare”

En tiempos donde el pop parece obsesionado con la melancolía digital, Luca Vasta aparece con una propuesta que invita, sin rodeos, a moverse. Disco Mare es una canción bailable que no se esconde detrás de metáforas complejas ni estructuras rebuscadas. Lo suyo es el ritmo directo, los sintetizadores juguetones y una vibra que evoca tardes calurosas frente al mar. No es nostalgia, es una reinterpretación fresca del espíritu del Italo Pop.

Nacida en Alemania pero con raíces sicilianas, Vasta abraza sus dos mundos sin pedir permiso. Desde Berlín hasta Italia, su “Spaghetti Pop”, como ella misma lo llama, es una especie de puente entre lo clásico y lo actual. En Disco Mare, ese cruce se hace evidente: hay guiños a los íconos italianos del pasado, pero con un tratamiento moderno que no busca repetir fórmulas, sino reanimarlas.



El tema no pretende ser más de lo que es, y eso lo vuelve disfrutable. No hay largos solos ni estructuras pretenciosas. La voz de Luca Vasta se mantiene ligera, dejando que la producción ocupe el espacio con beats pegajosos y una base electrónica que hace difícil quedarse quieto. Es el tipo de canción que podría sonar tanto en una pista de baile de playa como en una terraza con amigos.

Con Disco Mare, Luca Vasta reafirma su interés por crear música que conecte desde lo sensorial. Más que una declaración artística, parece una invitación a soltar el cuerpo y dejar que la música haga lo suyo. En un panorama saturado de fórmulas repetidas, su apuesta por lo simple y rítmico se agradece. Si estás buscando algo que te saque del modo automático, tal vez sea hora de darle play.


Entre lo clásico y lo eléctrico: el vaivén emocional de Kayla Silverman

Entre lo clásico y lo eléctrico: el vaivén emocional de Kayla Silverman

A veces, una canción no necesita gritar para hacerse notar. Kayla Silverman, cantante pop de Boston, logra eso con Stuck Between, un tema que se mueve con delicadeza entre lo emocional y lo introspectivo. Con una voz femenina que no busca impresionar por fuerza, sino por sinceridad, la canción transmite esa sensación familiar de no saber en qué punto exacto de tu vida estás parado. Es pop, sí, pero con un eco que viene de lugares más profundos.

Formada en el mundo de la música clásica, Silverman ha encontrado en el art-pop un territorio fértil para experimentar sin perder el equilibrio. Su estilo fusiona lo orquestal con lo electrónico, logrando piezas que no sólo suenan, sino que construyen un pequeño universo. En Stuck Between, esa mezcla se mantiene contenida, sin excesos, dejando que la voz lleve el peso narrativo con una producción que acompaña sin robar protagonismo.



La carrera de Kayla Silverman ha ido tomando forma entre escenarios tan distintos como Carnegie Hall y sótanos en Allston, un contraste que parece reflejarse también en sus canciones. Su inclinación por lo teatral y lo romántico se hace presente incluso en los detalles más pequeños, desde el vestuario en sus conciertos hasta los arreglos vocales en sus grabaciones. No es casualidad que cite a artistas como Kate Bush o Queen como influencias, aunque su propuesta no intenta imitarlos.

Stuck Between se presenta como una muestra clara de lo que Silverman construye: una identidad que no busca resolver contradicciones, sino habitarlas. Para quienes disfrutan del pop con una dosis de dramatismo sutil y una estética cuidada, este tema puede ser una buena puerta de entrada a su trabajo. No hace falta entenderlo todo de inmediato, basta con dejarse llevar por ese espacio intermedio donde las emociones no terminan de definirse.


Bienvenido a la Nueva Ola #799 | Rylee, sundayclub y The Crawling Eye

Bienvenido a la Nueva Ola #799 | Rylee, sundayclub y The Crawling Eye

Si eres un apasionado de la música y estás siempre en busca de nuevos sonidos para enriquecer tu playlist, has llegado al lugar indicado. En esta ocasión continuamos con nuestra sección “Nueva Ola”, donde te sumergiremos en el emocionante mundo de los lanzamientos musicales de artistas emergentes de todo el planeta y el mar. Desde géneros clásicos reinventados hasta fusiones audaces y voces que te dejarán sin aliento, prepárate para descubrir una nueva dimensión de la música global.


Rylee – All Goes Stale | Reino Unido

Rylee nos presenta All Goes Stale, una pieza que se desliza entre las líneas del indie y el rock lento, con una dupla vocal que se equilibra de forma natural. La conversación musical entre una voz femenina y otra masculina crea un vaivén emocional que, lejos de buscar la perfección técnica, se enfoca en transmitir cercanía y complicidad. No hay prisa, solo la cadencia de una historia que parece haberse escrito entre miradas cómplices y guitarras con carácter.

Formados en 2023 luego de una conexión espontánea durante un show de The Killers, Rylee ha logrado canalizar esa energía inicial en propuestas cargadas de intención. Originarios de Suffolk, Reino Unido, este cuarteto combina la crudeza del post-punk con letras que rozan la confesión personal. Además de All Goes Stale, vale la pena escuchar Backroads, su primer sencillo, donde ya se notaba su inclinación por narrativas intensas y climas oscuros.


sundayclub – Bannatyne | Canadá

Desde Canadá llega sundayclub con su tema Bannatyne, una canción que más que contarte algo, te lo susurra. Con un ritmo suave que parece caminar descalzo entre recuerdos, la voz femenina atraviesa la pista acompañada por un eco sutil, como si las emociones quisieran quedarse flotando un poco más. Lo interesante de esta banda es que no busca dar respuestas, sino capturar momentos, aunque estén algo borrosos.

El proyecto nació entre la quietud rural de Manitoba, donde Courtney y Nikki comenzaron a traducir el desconcierto de la adultez temprana en melodías etéreas. sundayclub mezcla lo introspectivo con lo cotidiano, logrando que cada canción sea casi una postal emocional. Bannatyne no es una excepción: se siente como un paseo por un día nublado, de esos que no necesitas entender del todo para dejarte llevar.


The Crawling Eye – Summer Love | Reino Unido

Cerramos con el trío galés The Crawling Eye, que nos comparte Summer Love, una pieza de rock pausado con tintes nostálgicos. La voz femenina se desliza con suavidad sobre una base de guitarras eléctricas rasgueadas con delicadeza. Los arreglos aparecen en el momento justo, dándole cuerpo sin saturar, como si cada elemento tuviera su propio espacio para respirar.

Activos desde 2018 y firmados por SWND Records, The Crawling Eye se define como una banda de estilo libre, moviéndose por donde les lleve el instinto. En este caso, Summer Love forma parte de su cuarto álbum Mind The Wire, recién lanzado con TIWN Media. Con una producción que evita exageraciones, el tema apuesta por un enfoque directo y emocional, sin perder el cuidado en los detalles.


Tres propuestas, tres atmósferas distintas y un punto en común: la honestidad en cada nota. Si te diste el tiempo de leer hasta aquí, date también la oportunidad de escucharlos. Tal vez alguna de estas canciones se convierta en el nuevo rincón favorito de tu playlist.