Astrid Yan: Sanar Cantando desde la Herida más Profunda

Desde Pichucalco, Chiapas, emerge una voz nueva en el pop en español que no solo canta, sino que sana: Astrid Yan. Con su EP debut Quiero Gritar, esta cantautora nos abre el corazón y nos invita a mirar de frente nuestras heridas más profundas, esas que muchas veces preferimos callar. En su caso, el origen de todo fue una ruptura muy particular: la de su relación con su padre.

“Mis amigos me dicen As, y la primera persona que me rompió el corazón fue mi papá”, confiesa sin rodeos. Y es desde ahí, desde esa honestidad brutal, que nace su música.

El primer track del EP, titulado “Galaxia”, es también la primera canción que escribió en su vida. Tenía 14 años, un teclado Casio viejo, una guitarra y un mundo emocional que se acababa de derrumbar. Durante más de una década, esa canción permaneció incompleta, como una cicatriz abierta. No fue hasta 16 años después que Astrid decidió cerrarla simbólicamente con un outro, dándole un nuevo cuerpo sonoro y una nueva vida. Así, “Galaxia” se transforma en un tema de synth-pop y alt-pop, influenciado por artistas como Moenia, M83 y CHVRCHES, con sintetizadores envolventes y guitarras eléctricas que evocan la inmensidad del universo… y la soledad que a veces habita en él.



Para su promoción, Astrid apostó por visuales animados en 2D que representan a su versión adolescente: una niña que soñaba con huir a otra galaxia para escapar del dolor. Quiero Gritar es una bitácora emocional. A través de sus canciones, Astrid nos lleva por los caminos de la tristeza, el apego, el perdón y la esperanza. En temas como “Sin Temor”, habla de darle una segunda oportunidad al amor, esta vez desde una versión más consciente y vulnerable de sí misma.

“Este EP es el inicio de todo”, explica. “Antes de contar las historias de mis relaciones fallidas en el álbum que viene, necesitaba sacar esto. Porque Quiero Gritar es el grito que nunca lancé cuando era niña.”

Astrid Yan comenzó su relación con la música en la adolescencia, cantando y componiendo dentro del grupo de alabanza de su iglesia cristiana en Chiapas. Allí tocaba el teclado, cantaba y empezaba a ponerle nombre a lo que sentía. Sus influencias combinan lo íntimo y lo épico: desde Shania Twain hasta The Killers, pasando por el pop alternativo que hoy le da identidad a su sonido.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *