En una época donde las melodías parecen perderse entre sintetizadores y producción digital, “Watery Moon” emerge como un susurro tranquilo, una bocanada de aire fresco. Jake Aaron, el compositor británico que firma esta obra, nos regala una canción que refleja un espíritu folk sereno, con la suficiente personalidad como para destacarse en la escena musical actual. Con influencias que recuerdan al legendario Leonard Cohen, Aaron, sin embargo, traza su propio camino a través de una interpretación vocal distinta, íntima, que conecta con el oyente.
La infancia de Aaron, en Londres, estuvo marcada por la música de su abuelo, un hombre de campo que solía fabricar flautas con juncos utilizando solo una navaja. Este legado musical, tan artesanal como la propia naturaleza, impregnó en el joven Jake un sentido de simplicidad y autenticidad que hoy se refleja en su estilo. A los siete años empezó con el piano, pero fue la guitarra, a los catorce, la que capturó su alma. Sus influencias son diversas: desde el rock hasta el jazz, pasando por el folk y el heavy metal, algo que se nota en la complejidad de sus composiciones.
“Watery Moon” es una canción que, a primera escucha, transporta al oyente a una época más sencilla. El ritmo es pausado, como un paseo nocturno bajo la luz de la luna, donde cada acorde de la guitarra acústica tiene espacio para respirar. La producción minimalista refuerza la naturaleza introspectiva de la pieza, en la que la voz de Aaron flota suavemente sobre las cuerdas, recordando las baladas nostálgicas de los años 60 y 70.
Sin embargo, hay una frescura moderna que lo distingue de sus predecesores, algo que le permite resonar con nuevas generaciones sin perder el respeto por la tradición.Las influencias de Aaron son evidentes en cada momento, y aunque la comparación con Cohen es inevitable, su camino musical ha estado marcado por otros gigantes. De joven, se dejó maravillar por músicos tan diversos como BB King, Jerry Donahue o Jorma Kaukonen, absorbiendo su técnica.