El caso de la muerte de Tirone González, conocido artísticamente como Canserbero, ha dado un giro inesperado con la reciente confesión de Natalia Améstica, exmánager del influyente rapero venezolano. Durante años, la versión oficial sostenía que Canserbero había fallecido en un aparente suicidio en 2015, pero la nueva información arroja luz sobre una trama mucho más oscura y compleja.



La Fiscalía de Venezuela ha concluido que Améstica asesinó a Canserbero y a su esposo Carlos Molnar, contradiciendo la hipótesis del suicidio que había prevalecido durante ocho años. En declaraciones grabadas en video, Améstica detalla cómo utilizó benzodiacepinas para adormecer a Molnar y a Canserbero antes de apuñalarlos hasta quitarles la vida.

Lo más sorprendente es la implicación de funcionarios policiales en la alteración de la escena del crimen para simular un homicidio-suicidio. Améstica confiesa que solicitó la ayuda de su hermano para cambiar la apariencia del crimen, involucrando a agentes del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) en la manipulación de pruebas.

El fiscal general, Tarek William Saab, ha destacado la necesidad de un “esclarecimiento definitivo” en un caso que ha conmocionado al mundo de la música y ha reconocido a Canserbero como el mejor rapero en español de los últimos 50 años, según la revista Rolling Stone.

El hecho de que haya seis personas detenidas, incluyendo a los hermanos Améstica, y órdenes de captura contra fiscales y agentes de seguridad que supuestamente encubrieron la verdad, subraya la gravedad de la situación.

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