The Psychedelic Birthday Party, el proyecto musical del compositor y artista de grabación Kevyn van der Linden, encuentra su hogar en Nijmegen, Países Bajos. Inspirado por bandas como Blue Foundation, Phoebe Bridgers y Slowdive, Kevyn se sumerge en la melancolía de la composición, la lírica introspectiva y los paisajes sonoros celestiales.
Desde su primer lanzamiento en 2019, titulado ‘Bad Blood’, Kevyn ha trabajado en estrecha colaboración con el productor y multiinstrumentista Jeroen Verstappen. A lo largo de su carrera, el cuerpo de trabajo de Kevyn se ha enriquecido aún más gracias a la participación de un creciente grupo de amigos y familiares creativos.
Una de las piezas destacadas de su repertorio es el sencillo ‘Leave the Room’. Este cautivador tema, con sus íntimas voces masculinas y femeninas, se desarrolla sobre arpegios cálidos de piano y paisajes sonoros melancólicos, pintando la escena perfecta para los días otoñales.
En palabras de Kevyn, “‘Leave the Room’ fue escrita como una reflexión sobre lo perjudiciales que pueden ser los trenes de pensamiento venenosos para nosotros y nuestro entorno”. Esta introspección temática se refleja en la canción, creando una experiencia auditiva que resuena con la profundidad emocional.
La colaboración con otros artistas también desempeña un papel crucial en la identidad de The Psychedelic Birthday Party. Para ‘Leave the Room’, Kevyn se asoció con Vera Aben en las vocales, Niels Veron en el piano vertical, y su hermano Kane van der Linden, quien aportó paisajes sonoros adicionales y muestras, agregando misticismo a la canción.
El componente visual de la música de The Psychedelic Birthday Party también cobra vida a través de un vídeo lírico animado creado por el artista visual Stefan Schellen, bajo el seudónimo de Henry Miller. La colaboración con Schellen se gestó de manera fortuita en una fiesta de cumpleaños, demostrando que a veces los encuentros casuales pueden dar lugar a conexiones creativas fructíferas.
El arte visual del video lírico, construido a partir de fotografías capturadas con una cámara desechable, refleja el proceso creativo y la metamorfosis de la obra. Según Kevyn, Stefan cultivó un jardín encantador a partir de esta semilla artística, elevando la experiencia visual de la canción.
