La escena musical sueca siempre ha sido un caldo de cultivo para la innovación y la experimentación en el ámbito de la música independiente. Damen, un cuarteto originario de Gotemburgo se formó en 2015. A lo largo de los años, han forjado un sonido que los ha establecido como una presencia relevante en la escena local. Desde su debut hasta su más reciente sencillo, “Control”, Damen ha demostrado no tener miedo a explorar nuevos territorios musicales.
Damen se ganó su lugar en el corazón de sus seguidores con “Sagrada Familia”, un álbum aclamado que les valió el título de “Mejor Álbum Nórdico del Año” por Minnis2society. Sin embargo, su más reciente sencillo, “Control”, nos muestra una banda que no se estanca en el pasado, sino que abraza un sonido fresco y evolucionado.
Desde el inicio, “Control” revela un grupo en plena transformación. Aunque se mantienen los característicos paisajes sonoros de Damen, con sus atmósferas de guitarras y patrones de batería enérgicos, se siente una palpable corriente electrónica, cortesía de su nuevo “quinto miembro”, el microKORG. Esta integración fluida de texturas electrónicas sugiere una banda que no tiene miedo de desafiar límites, tanto en el ámbito musical como temático.
Desde la perspectiva lírica, “Control” pinta un vívido retrato de la eterna lucha entre la aspiración y la realidad. Los versos iniciales, “Ve a viajar, llena tu alma, no lo malgastes, toma el control”, encapsulan la urgencia millennial de escapar y descubrir, a menudo llevando a los tópicos viajes de autodescubrimiento a lo largo de continentes. Sin embargo, también hay una aguda autorreflexión: las menciones de perder el control y buscar la iluminación en la bruma del cannabis difuminan la línea entre la verdadera mejora personal y los peligros de la indulgencia excesiva. El repetitivo ruego de “¿Por qué no te quedas?” suena casi desesperado, un llamado a mantener los pies en la tierra en medio del torbellino de experiencias.
Lo que realmente destaca en “Control” es cómo Damen logra capturar la dualidad de escapar. Mientras por un lado se presenta la atracción de la aventura y la autorrealización en versos como “Australia, Sudeste Asiático”, la banda también subraya la naturaleza efímera de tales escapadas, insinuando astutamente la ironía de buscar la iluminación como un simple turista.
Musicalmente, la canción toca todas las notas adecuadas. La sinergia entre la voz de Danial y las guitarras, tanto electrónicas como tradicionales, crea una atmósfera expansiva. Las líneas de bajo melódicas de David y la percusión rítmica de Adrian son la columna vertebral de la canción, aportando profundidad y estructura, mientras que el trabajo de guitarra de Gustav agrega ese toque mágico.