D. Marin Perez, con sus raíces en una familia cubano-americana y una infancia marcada por el rock de los 60s y los himnos mormones, nos entrega una propuesta musical con su canción “Crying Wolf” Esta pieza captura la esencia del rock con un toque retro, sin perder el carácter indie que define su estilo. Los efectos lo-fi que acompañan la melodía le dan una textura única.

El ritmo de “Crying Wolf” es directo y cautivador, con una sencillez que se convierte en su mayor fortaleza. Es fácil conectar con la voz de Perez, que se mueve con naturalidad entre los cambios de la canción. La canción, aunque influenciada por los sonidos del pasado, se siente fresca y actual, reflejando la habilidad de Perez para fusionar lo antiguo con lo nuevo, creando algo atemporal.



La vida de D. Marin Perez, desde su adolescencia en Fort Lauderdale hasta su paso por el ministerio y el activismo comunitario, se refleja en cada línea de sus composiciones. Sus canciones son un refugio, un lugar donde las complejidades de la vida adulta se encuentran y se entrelazan con la inocencia de la juventud.

La producción de “Crying Wolf” se distingue por su sonido crudo y honesto, un reflejo de la vida misma de Perez, donde la sencillez no significa falta de profundidad. Los efectos lo-fi aportan una capa de autenticidad que enriquece la experiencia auditiva, creando una conexión con el oyente.

D. Marin Perez demuestra con “Crying Wolf” que la música no solo es un medio de expresión, sino un puente entre mundos, un lugar donde las historias de vida se encuentran y se comparten. Esta canción, con su fusión de rock, indie y lo-fi, no solo es un ejemplo de su talento, sino también un recordatorio de que la música tiene el poder de trascender el tiempo.


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