En el vasto lienzo musical, hay artistas cuyas notas parecen emanar de paisajes y emociones únicas. Uno de estos creativos sonoros es Smokey Cake, el proyecto en solitario de Hamilton Blacket, quien compone y da vida a su música en el territorio Bundjalung del norte de Nueva Gales del Sur, Australia. En su rincón de creación, una antigua caja de envío alimentada por energía solar, las canciones toman forma y se convierten en una experiencia sónica singular.

La influencia musical de Smokey Cake se inspira en gigantes como Pond, Tame Impala y The Flaming Lips. Estos elementos convergen en un crisol de psicodelia y ritmos envolventes, creando una atmósfera sonora que invita a los oyentes a sumergirse en su universo musical.



El nuevo sencillo del artista, titulado “The Highest Place”, es mucho más que una canción; es un escape ante las presiones de la vida, así como las notas musicales se elevan, el tema también se alza, llevándonos a un lugar espiritual y elevado, donde el reconocimiento es insignificante y el yo se fusiona con lo desconocido.

La esencia de “The Highest Place” quedó impregnada en la atmósfera de un espacio tan singular como el estudio de Smokey Cake: una antigua caja de envío que se convierte en un crisol de creatividad, en esta travesía musical, una guitarra acústica de los años 60, un viejo Juno 6 y amplificadores Fender Twin Reverb se unen para dar vida a una obra que trasciende el tiempo y el espacio.


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